Ripple se ha unido a Twitter y PayPal en la «Civil Alliance» en busca de unas elecciones juntas. Ripple cree que la acción de votar debe de ser segura y accesible para todos los ciudadanos en todas partes del mundo.
El día de hoy, 3 de noviembre, han comenzado las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Los principales candidatos, el demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump se postulan como los principales candidatos a la Casa Blanca. La presidencia de los Estados Unidos es un suceso muy relevante tanto en el país como a nivel mundial y la blockchain se ve afectada como tal.
En las plataformas de futuros cryptos, los contratos inteligentes por ver quien será el ganador de las elecciones han sido de los más populares durante este último año. El debate presidencial fue un punto de inflexión donde el candidato republicano consiguió ponerse por delante en cuanto a las predicciones.
Ahora ha llegado el día en el que los ciudadanos escogerán a su nuevo presidente. Es por esto, que a todo el que quiera y esté dispuesto a votar, se le debe facilitar una forma para hacerlo. Esta es la idea de la «Civic Alliance«, una organización que apoya una elecciones «seguras, saludables y confiables» para todos los ciudadanos.
El pasado 2 de noviembre Ripple anunció que se une la organización a través de un comunicado en Twitter de su CEO Brad Garlinghouse. Civic Alliance no se decanta por ningún candidato, únicamente pretende buscar unas elecciones justas para todos. Entre sus integrantes encontramos a las compañías PayPal y Twitter a través de sus CEOs, Dan Schulman y Jack Dorsey.
La Civil Alliance está formado por un grupo de unas 936 miembros, de los cuales 619 son empresas. En total el alcance de la organización ampara a más de 5 millones de empleados los cuales tienen a su disposición la oportunidad de votar a través de horario flexible o incluso ofreciéndoles tiempo libre remunerado. Con la unión de Ripple, unos 600 empleados con los que cuenta la compañía a nivel mundial, podrán ejercer su derecho a voto independientemente del país. De los casi 600 empleados de Ripple, unos 543 ejercen desde sus oficinas centrales en los Estados Unidos.
La asociación también pide a sus integrantes que garanticen un acceso seguro a las votaciones. Para ellos se deben utilizar a los funcionarios electorales locales y estatales como una fuente confiable de resultados certificados y verificados. Por otro lado, también se ruega que se tenga paciencia con los funcionarios encargados de realizar el recuento de votos.
Ripple recientemente ha anunciado que si no se aclaran los regímenes regulatorios para las entidades que trabajan con criptomonedas en los Estados Unidos, estos se verían obligados a mover su sede del país. Entre las opciones para la nueva sede de Ripple se encuentran el Reino Unido, Suiza o Japón, siendo esta última la que parece ser el destino final, en caso de que la compañía decida trasladarse.
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