Nuevo Orden Mundial, el planeta Hercólubus, los Illuminati, el accidente de Roswell, Amero. ¿Algo de esto les parece familiar?
Desde que apareció Internet en los años TAL, las teorías conspirativas se mudaron al ciberespacio, llegando a cada rincón del planeta donde los humanos sientan curiosidad y tengan a la mano la bendición de una conexión a la Nube.
Pero los mitos urbanos, conspiraciones, engaños continuados e historias truculentas han existido siempre, mucho antes de que la maravilla tecnológica de la “Word Wide Web” nos uniera a todos en esta tela de araña digital y ubicua.
Una de las ideas que tiene mayor tiempo rodando entre los seguidores del género conspiracionista es la conocida como el surgimiento del Nuevo Orden Mundial. Según los elementos que le adornan, el propósito del llamado Nuevo Orden Mundial no es otro que someter a todos los habitantes del planeta bajo un mismo gobierno y una misma moneda universal.
Pero indaguemos un poco más sobre ésta y algunas otras teorías de la conspiración, y su relación con los eventos que han sucedido en el mundo en años recientes.
Nuevo Orden Mundial, ¿de dónde salió?
Luego de la Primera Guerra Mundial, el presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson, toma la iniciativa de promover la creación de un ente donde participen todos los países del mundo, con el fin de convertirlo en el mediador de las diferencias entre ellos, que pudieran desencadenar en conflictos armados.
Para preservar la paz en el orbe, Wilson propone la formación de una “Sociedad de las Naciones”. En el documento donde hace el llamado para que esto ocurra se convierte en la primera persona en utilizar la expresión “Nuevo Orden Mundial”. Lejos estaba siquiera de imaginar las vueltas que daría el termino con el correr del tiempo.
Lastimosamente, la Sociedad de Naciones fracasaría; la humanidad tuvo que pasar por una segunda conflagración global para que el Nuevo Orden Mundial asomara su cara cuando, en otro intento por civilizar las cosas, la creación de las Naciones Unidas aparece en el horizonte.
Así, el concepto sobre un Nuevo Orden Mundial parece estar íntimamente ligado a las etapas finales de unos sucesos que definirían la forma en que las potencias predominantes se repartirían el poder geopolítico.
El ocaso de la tercera guerra aún en pie, la Guerra Fría, vería aparecer una vez más la pancarta sobre un Nuevo Orden Mundial, ahora enarbolada por los presidentes Gorbachov, de Rusia, y Reagan, de los Estados Unidos. La destrucción nuclear mutua garantizada quedaba atrás.
Pero la conspiración que rodea al Nuevo Orden Mundial no se relaciona con la cooperación entre las naciones para que vivamos tiempos de relativa paz, progreso y estabilidad. El Nuevo Orden Mundial, cuya máscara pretenden descubrir los defensores de la libertad, tiene que ver con una sola cosa: el ejercicio absoluto del poder mediante el control también absoluto de la sociedad.
Al parecer, la ambición del ser humano por someter a su voluntad a cuanto semejante se atraviese, y hacer que su influencia alcance lo más lejos posible, es innata. ¿No hemos, acaso, llegado hasta aquí después de haber pasado por imperio tras imperio?
Desde los mongoles, romanos y otomanos hasta el siglo 21, seguimos teniendo imperios como el inglés, con colonias en África, y el norteamericano, representado por sus bases militares establecidas en todas partes.
Fueron los Illuminati, en Europa, protagonistas de otra de las teorías conspirativas mejor difundidas, los primeros en ser acusados y perseguidos por sus ansias de poder. Descubiertos en una confabulación para derrocar a las monarquías del continente y socavar el estamento eclesiástico, a los Illuminati no les quedó más remedio que desaparecer, aparentemente, entre la espesa niebla de la historia.
La existencia de una entidad central, que maneja las circunstancias del mundo a su favor para agenciarse el poder total está retratada también en los “Protocolos de los Sabios de Sion”, un texto de 1903 ligado a los servicios de espionaje ruso.
Elaborado con fines meramente políticos, en el documento se achacan los eventos que causan inestabilidad y desorden en los países, con miras a la posterior sustitución de sus gobiernos, a grupos formados por judíos y masones con influencia financiera, a anarquistas y comunistas por igual.
Traducido y vendido ampliamente por toda Europa, podría decirse que los Protocolos sirvieron como componente esencial del discurso antisemita del partido Nacional Socialista de Hitler, durante la época del nazismo. Anteriormente, ya los alemanes habían echado mano de los Protocolos como explicación del escenario que, finalizada la Primera Guerra Mundial, les tocó vivir.
Años más tarde, en los Estados Unidos, la escurridiza noción de un Nuevo Orden Mundial sería tomada otra vez para atacar a las Naciones Unidas, y acusarla de mampara para el establecimiento de un gobierno global.
En el libro de 1966 “La revolución profunda”, su autora, Mary Davison, establece un vínculo entre la creación del Sistema de la Reserva Federal y los actores que supuestamente darían vida al Nuevo Orden Mundial. Entre ellos, familias largamente asociadas al negocio bancario, como los Rothschild y Rockefeller.
Más recientemente, al Nuevo Orden Mundial, como mecanismo de control total, se le relaciona a organizaciones elitistas, como el Grupo Bilderberg, o a las famosas ceremonias secretas que se realizan en la “Bohemian Grove”, a donde asisten exclusivas personalidades.
La supuesta conspiración sobre un Nuevo Orden Mundial implicaría prácticamente a todas las instituciones políticas, religiosas, científicas, sociales y económicas del planeta. Los gobiernos, el Vaticano, el FMI, Hollywood, Wall Street, las Naciones Unidas y muchos, muchos más.
Otras teorías conspirativas pre-internet
Antes de que el experimento de interconectividad Arpanet se escapara de los laboratorios de DARPA, los fanáticos de las teorías conspirativas ya tenían mucho de qué hablar. Entre sus objetos del deseo, los más populares siguen siendo:
La NASA no llegó a la Luna
Esta, quizá, sea la teoría conspirativa que cuenta con el mayor número de seguidores en todas partes del mundo. Después de 50 años, la veracidad de los aterrizajes lunares de las misiones Apolo efectuadas por la NASA sigue en entredicho.
Se han hecho videos, libros, programas radiales y de televisión donde se exponen las razones de los escépticos para pensar, hasta ahora, que el ser humano jamás ha puesto un pie encima de nuestro llamado “satélite natural”.
Y es que la aseveración de que la NASA nunca llegó a la Luna tiene tantos argumentos a favor, como los defensores de la agencia espacial norteamericana tienen para desmontarlos. Por momentos, parece que hasta la misma NASA ha jugado en contra de sí misma respecto al tema de los alunizajes.
Antes de mencionar la serie de hechos que los conspiranoicos esgrimen en contra de la agencia respecto a las misiones Apolo, debemos destacar uno de ellos referente a los astronautas. En la rueda de prensa del 19 de septiembre, fueron varios los detalles que no encajaban.
Collins, Aldrin y Armstrong lucían demasiado serios como para estar a sólo tres semanas de haber realizado la mayor hazaña en la historia de la humanidad. A veces cabizbajos, respondían las preguntas de los periodistas como quien lee un libreto.
En todo momento se les notó incómodos durante la presentación. Algunos lo justifican diciendo que estos hombres no eran relacionistas públicos, sino pilotos de prueba, que, aunque valientes, no estaban acostumbrados a estar bajo la lupa de la opinión pública.
Si es así, ¿cómo se explica que en una parte de la charla los tres se encontraran nerviosamente manipulando sus lapiceros al mismo tiempo? A juzgar por las veces que Armstrong miró su reloj, lo que esperaba era que todo aquello terminara de una vez, para poder marcharse.
Luego esta el asunto de las fotos. Imágenes donde se muestra el vehículo lunar Rover, sin que puedan apreciarse las marcas que debieron dejar los neumáticos al rodar por el terreno, son de las más comentadas. ¿Cómo llegó el Rover al sitio?
En otras, aparecen las refulgentes patas del modulo lunar, cuando, según los predicadores de la conspiración, deberían estar sucias luego de que el propulsor de aterrizaje levantara una polvareda. Y así, detalles y detalles, que al amontonarse, han dado para refutar lo del “el águila ha aterrizado”.
Por ultimo, tenemos el caso de la bandera norteamericana que ondea en el vacío del ambiente lunar. La NASA lo ha explicado suficientemente, argumentando que el movimiento de la misma se debe a la manipulación del astronauta que trata de acomodarla.
Sin embargo, para otros es una prueba, de las tantas, de que las actividades extra vehiculares en las misiones Apolo se grabaron todas en un set de filmación. La bandera del video se mueve, dicen, por una corriente de aire acondicionado, una comodidad imprescindible para que los actores metidos en los trajes de astronauta no se asfixiaran por el calor.
Otra hipótesis acerca de los alunizajes pregona que los mismos efectivamente sucedieron a partir de la fecha en que el Apolo XI se posó en el Mar de la Tranquilidad.
Pero la NASA, con la ayuda de Stanley Kubrick, el director de “2001: Odisea en el Espacio”, habría elaborado las filmaciones para consumo público, previendo que sus astronautas encontraran cosas “extrañas” allá arriba, como ciertas estructuras, por ejemplo.
Para los más curiosos, sugiero investigar lo que esconde a simple vista cierta fotografía del cráter Copérnico de la Luna. Pueden descargarla directamente haciendo clic aquí. Cuando lo encuentren, no se sorprendan. De vez en cuando, alguna que otra teoría de la conspiración puede resultar no siendo tan falsa, después de todo.
El rey del Rock and Roll está vivo
Al más puro estilo del ilusionista David Blaine, la muerte de Elvis Aaron Presley puede ser el mayor acto de desaparición que artista de la canción alguno haya realizado hasta la fecha. Dice la leyenda que el llamado Rey del Rock and Roll, o simplemente “El Rey”, dejó este mundo un 16 agosto de 1977.
Sus admiradores, coterráneos o no, se han negado a sepultar su recuerdo durante más de 40 largos años, aduciendo que Elvis vive y que se le ha visto en hoteles, aeropuertos, playas remotas y hasta en películas de Hollywood, haciéndose pasar por un transeúnte cualquiera.
La primera aparición post mortem de Presley sería en el aeropuerto de Memphis, Tennessee, el mismo día en que presumiblemente habría fallecido. Un individuo con sus facciones, y utilizando el alias de Jon Burrows, apodo del que solía valerse Elvis para registrarse en algunos hospedajes, supuestamente se había presentado en el sitio, comprando un boleto que lo llevaría hasta Buenos Aires.
Nadie se aventura a averiguar qué cosa era más difícil para entonces: que El Rey estuviera todavía respirando, o que pudiera llegar hasta Argentina desde el mencionado aeródromo, donde en aquellos días no existían vuelos con tal itinerario.
El funeral del cantante se efectuaría el día 18. Para el público era notorio el aumento de peso corporal que había sufrido Elvis desde hace tiempo. Sin embargo, el registro visual de la ocasión muestra el esfuerzo adicional que ejercieron quienes estuvieron encargados de levantar su féretro.
Se especuló entonces que el contenido no era el cuerpo de Elvis, sino una copia sintética, protegida por un sistema de enfriamiento para que no se dañara. Eso explicaría lo pesado de la urna. Y aunque la explicación seguramente sonó descabellada para muchos, faltarían todavía los comentarios de un testigo importante.
Uno de los primos de El Rey, Gene Smith, reveló en “The Elvis Files”, un programa transmitido en 1991, que el cadáver no lucía del todo natural. A Smith le pareció raro que las manos de Elvis estuvieran tan suaves, cuando de ordinario se sentían ásperas al estrecharlas. También dijo que su cabello no se veía normal: “era como si se lo hubieran pegado a la cabeza”, afirmó.
La verdadera causa de su muerte es otro enigma. El parte oficial indicó que fue por enfermedad coronaria, pero el examen medico mostró que la sangre de Elvis era un coctel de drogas que muy pocos resistirían. Será en el 2027 cuando se pueda tener acceso a su certificado de defunción, mantenido bajo llave hasta ahora por las leyes de Tennessee.
Elvis ha sido “visto” en fotos tomadas en diciembre de 1977 alrededor de la piscina de Graceland, su mansión en Memphis, comprando hamburguesas en un Burger King de Kalamazoo (1988), Michigan, una ciudad donde se presentó muchas veces, en una imagen de periódico (1984) donde sale con el campeón de boxeo Mohamed Alí y hasta en la película de 1990 “Mi Pobre Angelito” (Home Alone), protagonizada por el entonces niño Macaulay Culkin.
La fama de Elvis Presley ha trascendido su desaparición física, y quizá el mito de su inmortalidad haya sido heredado por otro astro de la canción, el “Rey del Pop”, Michael Jackson, de quien también se dice fingió su muerte. Ciertamente, el juglar de las caderas ardientes nativo de Misisipi, seguirá con vida hasta que el último de sus admiradores decida ir a acompañarlo al infinito.
Roswell y los extraterrestres
El tema del incidente de Roswell ha dado y sigue dando pie a numerosas publicaciones, discusiones, series de televisión y material para el cine. La conspiración dice que en julio de 1947, una nave de origen no terrestre se estrelló en Nuevo México; en el accidente, sus tres tripulantes mueren.
Como en el caso de los alunizajes, existen demasiados detalles que no cuadran con la historia oficial, y que a la larga han servido para atizar la teoría de la conspiración que alimenta el caso Roswell.
En principio, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos declaró vía prensa que tenía en su poder un platillo volador. Así se les decía antes de que fuesen bautizados como “objetos voladores no identificados”, u OVNIs. En breve, la especie se desmentiría, para dar comienzo a lo que sería una subcultura hasta el día de hoy.
Fue el 2 de julio cuando el ranchero Mac Brazel encontró en su propiedad los restos de lo que supuso un accidente aéreo. Lo reportó al sheriff de Roswell tres días después, y el periódico local publicaría la noticia el 8 de ese mes, reportando que un platillo volador estrellado se hallaba en poder de la Fuerza Aérea norteamericana.
La mañana siguiente, el general de brigada Ramey negó lo dicho por el “Roswell Daily Record”, afirmando que los restos hallados en el rancho eran los de un globo aerostático de los que se usan en meteorología. De allí en adelante vendría una serie de historias que desvirtuaban las palabras del general y otras que reforzaban la versión oficial.
Uno de los testimonios en contra de la Fuerza Aérea proviene precisamente de un astronauta, el Dr. Edgar Mitchell. En varias oportunidades, Mitchell, quien participó en la misión del Apolo XIV, ha declarado que el incidente de Roswell sí tuvo relación con la presencia alienígena en nuestro planeta.
Personajes como Karen Hudes, antigua ejecutiva del Banco Mundial, aseguran que el Nuevo Orden Mundial estaría promovido también por una facción de seres extraterrestres de cráneos alargados llamados “Homo capensis”, quienes, según ella, vienen manejando el devenir de la Tierra desde hace milenios.
El gobierno norteamericano trató de explicar lo de Roswell como parte del Proyecto Mogul, donde se emplearon globos especialmente diseñados para detectar la actividad nuclear de los rusos.
En el 2011, documentos desclasificados por el FBI señalan que el agente Paul Ryan recibió datos adicionales sobre Roswell, proporcionados por otro operador no identificado de esa agencia. Ryan relata que su informante le habló acerca de tres naves que se estrellaron, cada una con tres ocupantes.
Hasta el presente, la localidad de Roswell debe su lugar en el mapa a los eventos que tuvieron lugar aquel 2 de julio de 1947. En cuanto al gobierno de los Estados Unidos y su participación en estos sucesos, recordemos solamente cuantas veces negó saber lo que fuera sobre algo llamado “Área 51”, antes de finalmente admitir su existencia.
Las CBDC y el Nuevo Orden Mundial
Como hubiera dicho Edgar Allan Poe, “cuando quieras ocultar algo, ponlo a la vista de todos”, una estrategia que le está funcionando bastante bien a los intereses del Nuevo Orden Mundial. Sin querer, pero queriendo, el Nuevo Orden Mundial nos está llevando a todos por el mismo camino, y sin ninguna prisa.
Pero también sin pausas. El Nuevo Orden Mundial puede estar más bien acelerando sus planes de dominio total, a juzgar por las acciones de sus principales financistas. Los bancos centrales del mundo se preparan para algo que no quieren compartir con el público, y no debe ser algo bueno.
Al principios de 2020, la economista búlgara Kristalina Gueorguieva, actual directora del Fondo Monetario Internacional, hizo un llamado de atención a los organismos financieros ante el riesgo de una nueva y eventual depresión económica.
El Banco de Pagos Internacionales, BIS, secundaría la advertencia al pronosticar la aparición de una crisis financiera cuyo detonante sería un evento tipo “cisne verde”. Curiosamente, hace tres semanas, un estudio efectuado por el BIS titulado “El Cisne Verde” salió de la imprenta, para la intranquilidad del mundo entero.
En el informe, Luiz Pereira da Silva, coautor y director general adjunto del BIS, presenta, a modo de metáfora, la imagen de un cisne verde para retratar una crisis financiera provocada por un evento climático de alcance global.
La expresión se deriva a su vez de “cisne negro”, con la que los analistas de Wall Street, colaboradores del Nuevo Orden Mundial, se referían a sucesos impredecibles que causan efectos adversos en la economía.
Lo cierto es que los bancos centrales del mundo han comenzado a llenar sus arcas de cuanto oro se permitan comprar y no sólo eso, sino a repatriar sus reservas del metal precioso. En el 2019, los bancos centrales incrementaron sus compras de oro en 12% respecto a 2018. En total adquirieron unas 550 toneladas de oro.
Turquía, China y Rusia encabezaron el grupo de naciones de este movimiento, en el que las dos últimas han llevado la batuta durante años recientes. Por otro lado, mientras Hungría y Rumania esperan recobrar en breve sus reservas, Polonia ya repatrió 120 toneladas, Alemania 583 toneladas y Turquía hizo lo propio con 220 toneladas de oro que eran custodiadas por la Reserva Federal.
Los amigos de las conspiraciones vaticinan que el Nuevo Orden Mundial emplearán a las CBDC, las monedas digitales emitidas por banco central, para desencadenar la desaparición definitiva del efectivo. A modo de entrenamiento, y para la consecución de sus fines, es que han permitido el surgimiento de Bitcoin y las criptomonedas estables.
Las nuevas generaciones, como ocurre en Suecia y China, ya realizan sus consumos mediante pagos móviles, o pagos sin efectivo, y hacia allá nos empuja sin descanso el Nuevo Orden Mundial. El control total mediante la vigilancia absoluta de una inteligencia artificial que dará cuenta de nuestras transacciones y de la inmensa cantidad de datos que ellas generan.
Tras el campanazo de alerta dado por la iniciativa de moneda digital Libra, los bancos europeos, promotores del Nuevo Orden Mundial, claman por una acción veloz y conjunta que les permita seguir al frente de la intermediación financiera en la región.
Sus soluciones más inmediatas estarán basadas en el sistema SEPA (Single Euro Payments Area) y la promoción del TIPS (Target Instant Payment Settlement), pero el norte es la implementación de un sistema de pagos pan-europeo que incluyan a las monedas digitales emitidas por bancos centrales.
Con la excusa de ofrecer pagos transfronterizos inmediatos y de bajo costo (algo que ya SEPA se encarga de hacer) las CBDC han sido propuestas desde ya como la respuesta natural ante el desafío que representa el avance de proveedores financieros tecnológicos ajenos al sector de la banca.
Así lo expresó el director del Banco Central de Francia, François Villeroy de Galhau, en una reunión de la ACPR (Autoridad de supervisión prudencial y de resolución), efectuada el 4 de diciembre pasado en París.
Para materializar sus planes, los ejecutores del Nuevo Orden Mundial necesitan de un cisne verde, de una crisis financiera desatada por algún detonante inesperado, o esperado, como podría ser perfectamente el coronavirus.
Imaginen por un momento que se empiece a restringir el uso del efectivo por considerarlo un factor de contagio. Pues no es necesario imaginarlo, porque ya está sucediendo. Las autoridades chinas acaban de anunciar que lavarán todo el efectivo posible y lo pondrán “en cuarentena”. Aseguran, sin embargo, que pondrán nuevos billetes en circulación muy pronto.
Lo mismo seguramente llegue a pasar en otras partes donde exista el contagio, que ya no es contagio, sino aparición espontánea, como ha ocurrido en Madrid, España, donde se han detectado casos en tres personas que ni siquiera han salido de esa comunidad.
Demasiadas casualidades hacen pensar que el Nuevo Orden Mundial ha puesto sus intenciones delante de todos, sin que nadie apenas lo notara:
El escritor norteamericano Dean R. Koontz publica en 1981 una novela llamada “Los ojos de la oscuridad”; en ella describe cómo un virus denominado Wuhan-400 es utilizado como arma biológica cerca del año 2020.
Evento 201: la Fundación Bill y Melinda Gates, en colaboración con el Centro Johns Hopkins para Seguridad Sanitaria y el Foro Económico Mundial, realiza la simulación de una pandemia. Esto sucedió en Nueva York, el 18 de octubre de 2019.
Keiser Report publica el 16 de septiembre de 2019 el video “¿Se avecina un descenso de la población mundial? Pongan atención a la entrevista con Roy Sebag (Mene.com) en la segunda parte del programa.
Como la guinda del pastel, al tiempo que se esparce el coronavirus desde China, Netflix estrena “Pandemia” el martes 21 enero de 2020. El título de la serie lo dice todo. Pero que nadie se preocupe: tan sólo son coincidencias sin importancia.