Elon Musk tendrá que responder ante los tribunales por su implicación con la criptomoneda Dogecoin (DOGE). El CEO de Tesla se enfrenta a una demanda colectiva que tacha a DOGE de ser un esquema Ponzi y promocionarlo entre sus seguidores en Twitter.
Nuevamente, Elon Musk es noticia dentro de la escena de las criptomonedas, pero en esta ocasión no por motivos que agraden al empresario. El CEO de Tesla y fundador de SpaceX ha sido demandado por supuestamente incitar a sus seguidores y fans a invertir en la criptomoneda Dogecoin (DOGE). Musk habría utilizado su influencia en redes para aumentar la relevancia del proyecto, proyecto que se tacha de esquema Ponzi en la misma denuncia.
Elon Musk comenzaría a realizar menciones en su Twitter acerca de DOGE en 2019 tras leer un artículo sobre el activo que despertaría el interés en el mismo por parte del multimillonario. El interés en el activo haría que cada vez las menciones fuesen más constantes hasta casi la actualidad, utilizando la moneda como un meme en casi todas las ocasiones.
La queja ha sido presentada por Keith Johnson, un ciudadano estadounidense, en el juzgado del Distrito Sur de Nueva York el pasado día 15. La demanda es de carácter colectivo, alegando que sus constantes menciones y acciones relacionadas con el activo Dogecoin constituyen la promoción de un esquema Ponzi. Según la demanda, Musk empleaba su notoriedad para hacer que inversores inexpertos entrasen al proyecto, dándose un esquema «pump and dump». Musk se autoproclamó «CEO de Dogecoin» en el 2019, un cargo con el que no cuenta y con el que pareció referirse al mismo como algo más satírico que oficial.
La demanda alega que tras las menciones el valor del activo tendía a crecer exponencialmente debido a la compra de los seguidores de Musk. Este crecimiento se vio truncado cuando la condiciones del mercado, en general, cambiaron, traduciéndose en pérdidas millonarias para los inversores.
El escrito no se basa únicamente en las menciones de Twitter, Musk también habría incluido a DOGE en sus empresas para darla una mayor relevancia. El ejemplo más visible es Tesla, Musk afirmó que Tesla vendería productos Dogecoin en 2021 y comenzó a aceptar pago con la moneda en enero 2022. Tesla únicamente acepta DOGE para la adquisición de merchandising, una iniciativa a la que SpaceX pretendía unirse durante este 2022.
La demanda pide que Musk pague 86 mil millones de dólares en daños monetarios, con 172 mil millones de dólares en daños triples, como castigo o medida punitiva. La demanda también busca que se reconozcan que las acciones de Musk constituyen la promoción de un juego de azar. Este servicio estaría prohibido por las leyes federales del distrito en caso de realizarse sin licencia, licencia con la que Musk no cuenta. Bajo esta pena podría llevarse directamente a Musk a prisión, pero es algo realmente improbable.
Esta no es la primera vez que Elon Musk se ve involucrado en una demanda por utilizar su influencia sobre la comunidad. En el 2018 la SEC lo demandó por engañar a los inversores de Tesla, anunciando prematuramente en su Twitter las intenciones de privatizar la compañía.
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