Clifton Collins, un supuesto traficante de sustancias controladas en Irlanda, tuvo que ceder sus haberes de Bitcoin a la Oficina de Activos Criminales del país (CAB).
El sujeto está acusado de estar incurso en actividades ilícitas relacionadas con las drogas.
A Collins, residente de un sector altamente poblado de Dublín, le fue dictada una sentencia por la Corte Suprema irlandesa donde se le ordena entregar 5.500 monedas de Bitcoin provenientes de su comportamiento criminal.
Tal como lo reseñó el medio local digital “Independent”, a Clifton Collins le fueron procesados cargos según las leyes de Producto del Crimen. De acuerdo a dicha legislación, el individuo fue hallado culpable de haber utilizado el dinero que obtenía por la venta y distribución de drogas para invertirlo en Bitcoin.
En caso como este, la ley establece que todos los bienes procedentes de operaciones ilegales deben ser confiscados. El Independent cita que la cantidad en euros del decomiso asciende a la suma de 52 millones, lo que equivaldría aproximadamente a 56 millones de moneda norteamericana.
Parece que, desde hace tiempo, Collins venía acumulando Bitcoin que compraba con lo que percibía por las ventas de drogas blandas.
Este ciudadano atrajo la atención de las autoridades locales desde que fue detenido en 2017, al volante de un vehículo de doble tracción en el que se le encontró una cantidad considerable de marihuana. El alijo, valorado en 2.000 euros, se encontraba disimulado entre los compartimientos del automóvil.
A partir de ese momento, las cosas comenzaron a complicarse para Collins. Oficiales de la ley dieron con una dirección vinculada al sujeto y posteriormente irrumpieron allí con una orden judicial que los autorizaba a realizar el allanamiento.
En el sitio, ubicado en la región de Connemara, al oeste de Irlanda, la policía nacional encontró una plantación de cannabis en avanzado estado de crecimiento. El valor del hallazgo fue calculado en 450.000 euros. Los oficiales también detectaron cogollos secos de cannabis, listos para su procesamiento.
Con Bitcoin o sin él
La Oficina de Activos Criminales trabaja incansablemente en Irlanda. La confiscación de 5.500 monedas de Bitcoin a Clifton Collins es la guinda del pastel en una serie de acciones similares llevadas a cabo por esa organización.
Los 52 millones de euros incautados a Collins completan la mayoría del dinero obtenido por la CAB en casos procesados durante el 2019. La dependencia del gobierno también procedió en contra del residente de Hollystown, Stephen McAuley, a quien se le congelaron fondos mantenidos en una casa de apuestas.
Como en otros casos, la CAB alegó que los 62.137 euros que McAuley tenía depositados en la empresa Ladbrokes estaban vinculados a sus actividades como distribuidor de estupefacientes. Al ciudadano le fueron decomisados, además, un reloj deportivo valorado en casi 3.000 euros y unos € 22.000 en efectivo.
James O’Neill sintió también el largo brazo de la ley llegar hasta él por medio de la CAB. O’Neill, con vinculaciones a las mafias locales de las drogas en Dublín, tuvo que decir adiós a una casa rodante de 20 mil euros. De igual forma, las autoridades se quedaron con 21.000 euros que guardaba en una cuenta de ahorros y un reloj de alta gama cuyo precio de mercado se calculó en 20.000 euros.
Un vecino de Mornington, Paul Coddington, ligado a actividades ilícitas en esa localidad, fue otra presa más de la CAB. A Coddington se le confiscaron 10.000 euros constantes y sonantes durante la inspección oficial de su domicilio.
En el 2015, el hombre pasó unas vacaciones de dos semanas en la cárcel, luego de haber sido acusado de rebeldía ante una corte durante un juicio que enfrentaba por desalojo. Años antes, Coddington había perdido a su hermano Roy, quien fuera asesinado en 2007 a pleno día por un par de sujetos armados.
Criptomonedas en el bajo mundo
Una avenida a menudo transitada por quienes trafican con sustancias prohibidas es la dark web. Y es en la red oscura donde los tratos que se cerraban antes en su mayoría con Bitcoin, ahora son transados mediante la criptomoneda de privacidad Monero.
Un informe de Carbon Black (VMware) del 2108 señala, además, que a la dark web no sólo acuden malos actores deseando pagar con criptomonedas, sino aquellos que buscan adquirir distintos tipos de malware para hacerse con ellas. Según la firma, las monedas más perseguidas por estos delincuentes digitales son, en primer lugar, Monero, seguida inmediatamente de Ethereum.
La cripto mejor conocida, Bitcoin, ocupa el tercer puesto como objetivo de los ataques fraguados en la dark web. El resto del grupo lo componen Theter, NEM, Bitcoin Gold y algunas otras.
Esta relación entre Internet, las criptomonedas y el mundo del crimen tomó relevancia luego de conocerse el cierre del mercado negro en línea Silk Road, en el 2013. Por este caso, Ross Ulbritch, administrador del sitio web, fue sentenciado en 2015 a dos cadenas perpetuas.
Sin embargo, lejos de acobardarse, los verdaderos criminales (Ulbritch ni siquiera tenía antecedentes cuando fue condenado) no se amilanan, continuando con sus tratos opacos y fuera de la ley en las profundidades de la web global.
El comercio de sustancias controladas suele ser uno de los negocios más habituales allí, y de los que presenta mayor riesgo. Una banda de cuatro personas fue arrestada recientemente en West Yorkshire, Reino Unido, bajo cargos de importación de metanfetaminas.
Los individuos accedieron a uno de los mercados negros en la red oscura, donde utilizaron Bitcoin como medio de pago para adquirir las drogas. Por hacerlo, estarán los siguientes 30 años tras las rejas.
Coincidencialmente, en Arizona, Estados Unidos, otros cuatro ciberdelicuentes fueron hallados culpables de administrar una tienda virtual en Internet donde ofrecían drogas duras, como cocaína, meta y heroína.
Los miembros del grupo, que aceptaba pagos en criptomonedas por sus servicios, en el 2019 recibieron sentencias que estuvieron entre los 5 y veinte años de cárcel.
Desde pasaporte falsificados por 15 dólares, accesos a cuentas bancarias por 5, tarjetas de crédito y demás, la red oscura da para todo lo que esté reñido con la ley. Ciertos cálculos indican que, diariamente, los negocios en la dark web facturan unos 500 mil dólares.
Con criptomonedas, o sin ellas, lo que se atreven a curiosear por sus rincones ya están en peligro. El riesgo más intenso lo corren quienes, haciendo negocios turbios en sus sitios, se exponen a pasar una larga temporada privados de su libertad.
