Las criptomonedas centradas en la privacidad, o CCP, serán las primeras víctimas formales de la legislación norteamericana. Al menos eso deja ver un informe recientemente emitido por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
En el documento de 88 páginas, ese importante organismo del gobierno americano enfila de frente contra las criptomonedas centradas en la privacidad y algunos servicios relacionados con las monedas digitales.
Allí, el Departamento de Justicia prácticamente describe a las CCP como el instrumento ideal para que los delincuentes cibernéticos faciliten el movimiento de los ingresos que generan.
Habla el Departamento de Justicia
El DOJ acaba de publicar un documento al que llamó “Marco de Trabajo de aplicación a Criptomonedas”. Quien aparece como autor del pliego es la Fuerza de Tareas Ciber Digitales del Fiscal General, la sección que vigila el cumplimiento de la ley en línea.
Aunque comienza mencionando brevemente los beneficios que pudieran derivarse del uso de las monedas digitales, en seguida el texto se enfoca sobre la amenaza que representan las criptomonedas centradas en la privacidad.
En los Estados Unidos, el robo de identidad es uno de los delitos más frecuentes y difíciles de combatir. La Fuerza de Tareas Ciber Digitales concede que las monedas de privacidad mejorada ofrecen mayor protección a los datos personales en las transacciones.
Al mismo tiempo, enfatizan que el anonimato proporcionado por las mismas es un instrumento que las redes delictivas que operan en Internet no dejaran de aprovechar.
Todos somos sospechosos
Para el Departamento de Justicia no importa quien use las criptomonedas centradas en la privacidad, o con qué propósito. Lo cierto es que, para ellos, cada operación donde se emplee alguna de estas monedas digitales es, potencialmente, la manifestación de un hecho ilícito.
Así, cual fotografía de frente y perfil para el expediente policial, quedan retratadas criptos bien establecidas, como Monero (XMR), Dash (DASH), Zcach (ZEC) o Verge (XVG).
El reporte enumera lista una bien completa de delitos donde las criptomonedas centradas en la privacidad pueden servir para que sus perpetradores escapen del ojo de las autoridades.
El Departamento de Justicia identifica tres categorías en donde este tipo de monedas virtuales pueden emplearse particularmente: a) transacciones comerciales con objetos o sustancias prohibidas, controladas, y medios para cometer o soportar el crimen; b) ocultamiento de capitales para evadir impuestos y lavado de dinero; c) otros relacionados con el mercado de las criptomonedas, como las estafas, extorsión y el secuestro de datos o personas.
CCP, una amenaza latente
En el primer caso, las criptomonedas centradas en la privacidad, CCP, se usarían en la compra-venta de armas, drogas, material de pornografía infantil y apoyo de la actividad terrorista. Un sector en auge es el de la falsificación de documentos de identificación y la venta de números de tarjetas de crédito.
La contratación de personas para cometer asesinatos no escapa a esta categoría. Es generalmente en sitios de la Dark Web donde se llevan a cabo estas transacciones. El ejemplo más conocido lo encontramos en el caso Silk Road, por el que Ross Ulbricht fue condenado a cadena perpetua en junio del 2015.
En la segunda categoría, el DOJ menciona a las mezcladoras de criptomonedas como un servicio que debe ser vigilado de cerca. Las mezcladoras se utilizan cuando, en vez de usar criptomonedas centradas en la privacidad, las transacciones se efectúan con monedas digitales ordinarias.
Como siempre, la idea es ofuscar el origen de las monedas que participan en una transacción mediante su combinación con otras pertenecientes a un fondo o a otras operaciones. Al hacer esto, el envío de las monedas puede realizarse de manera totalmente anónima.
Uno de estos servicios que está cobrando popularidad es PenguinX. PenguinX utiliza Inteligencia Artificial y ofrece mezclas con distinto tiempo de retraso para garantizar que las transacciones no se puedan rastrear.
Un catálogo de infracciones
El ramsomware es otro de los delitos mencionados por el Departamento de Justicia donde los piratas informáticos solicitan el pago en monedas de privacidad mejorada. La actividad de cryptojacking, o minería oculta de monedas virtuales, también aparece citada en el informe.
Como muestra el reporte, la Fuerza de Tareas Ciber Digitales del DOJ se extiende ampliamente en la descripción de todos los actos ilegales donde las criptomonedas centradas en la privacidad pueden convertirse en un escudo extra para los malos actores.
El organismo advierte, además, que está facultado para actuar más allá de las fronteras del territorio nacional. Basta con que alguna compañía, servicio, o intercambio tenga relación con particulares o empresas norteamericanas para que las leyes de los Estados Unidos sean aplicables.
Atención con las criptomonedas estables
Ahora que el precio de Bitcoin cruza de nuevo los $11.000, no parece un buen momento para que este informe vea la luz. Pero no son solamente las criptomonedas centradas en la privacidad las que peligran en el mundo cripto.
También durante este mes, el Banco Central Europeo, BCE, publicó un informe sobre el desarrollo del euro digital. En el mismo, la entidad hace referencia a las criptomonedas estables, y llega a considerarlas una amenaza potencial a la estabilidad financiera de la región.
Tal vez adelantándose a un posible auge de este tipo de activos, el BCE insta a evaluar la pronta emisión de un euro digital. Al estilo del reporte emitido por el DOJ, el Banco Central Europeo enumera las razones por las que una versión digital del euro no podría ser considerado como una moneda digital estable.
Principalmente, explica que el euro digital estaría respaldado por el BCE, y los bancos bajo su jurisdicción lo ofrecerían como obligación, es decir, como activo regulado y supervisado.
Y en esto lo diferencian de las criptomonedas estables, que dicen no estar bajo una regulación clara, ni ofrecen ningún tipo de protección a sus usuarios. El reporte del BCE igualmente hace referencia a los problemas de volatilidad e iliquidez que pueden presentar los cripto activos en general.
