Libra, la controversial moneda digital anunciada por Facebook a mediados del 2019, continúa enfrentando obstáculos en el camino hacia su materialización.
La Asociación Libra, organismo encargado de hacer realidad el nuevo sueño de Mark Zuckerberg, al parecer, se ha encontrado una vez más con otro escollo que salvar antes de llevar a cabo la tarea que le ha sido encomendada.
Para finalmente crear la que sería la primera moneda virtual de alcance verdaderamente masivo, los planes de la asociación probablemente tengan que sufrir algunos cambios no previstos, en los que intervendrá la voluntad de los reguladores.
Los datos preliminares acerca del Proyecto Libra dejaron entrever que la criptomoneda de Facebook estaría ligada a una cesta de activos, y es posible que las nuevas consideraciones tengan que ver con esto.
No ha habido un proyecto blockchain que haya causado mayor revuelo en el ecosistema que el Proyecto Libra. Dado a conocer por Facebook en junio del año pasado, el Proyecto Libra se trata de la creación de una moneda digital, diseñada en principio, más no exclusivamente, para los usuarios de esta omnipresente red social.
Bajo el nombre de Libra, la criptomoneda formaría parte de un sistema de pagos y envío de dinero internacional, de comisiones casi inexistentes y transacciones en tiempo real, justo lo opuesto a los sistemas de transferencias bancarias tradicionales.
Nada más al ser anunciada, Libra ocasionó lo que podría ser llamado un verdadero tsunami en los medios, y también en los organismos financieros a nivel mundial. El que un monstruo de las redes sociales como Facebook fuera el promotor de una iniciativa de tal magnitud agarró a todos por sorpresa, sobre todo por las potenciales implicaciones económicas que acarrearía su salida.
Antes de que la controversia sobre Libra tomara más impulso, la asociación había logrado el apoyo de una importante cantidad de colaboradores. Al Proyecto Libra se unieron entonces las gigantes de pagos con tarjetas de crédito, Visa y MasterCard, y otras marcas representativas de varias industrias, entre ellas PayPal. En total, el anillo de soporte de Libra quedó conformado por 23 firmas.
Acto seguido, la presión de los reguladores, instigada probablemente desde los mas altos poderes financieros del planeta, comenzaría a atacar a Libra con toda la energía disponible. Se desconfiaba de Facebook, aduciendo particularmente a sus problemas en cuanto a la privacidad de los datos de sus usuarios.
El trabajo rindió sus frutos, pues casi tres meses después, y alegando que el Proyecto Libra no había hecho lo suficiente en cuanto a los mecanismos para evitar el lavado de dinero, la iniciativa empezaría a presenciar el éxodo de sus más significativos apoyadores, movimiento que arrancó con PayPal el 4 de octubre.
Días después le seguirían Stripe, Visa, Bookings, eBay, MasterCard y Mercado Pago. Cada una de estas compañías habían prometido, como todas las demás, a contribuir con 10 millones de dólares al desarrollo del Proyecto Libra y su criptomoneda global.
El desertor más reciente de Libra es la firma de telecomunicaciones Vodafone, quien salió del proyecto en las primeras semanas de este año. Sin embargo, su plaza ha sido rápidamente cubierta por Shopify, que se integró a la Asociación Libra el 21 de febrero.
La campaña contra Libra ha puesto a prueba el espíritu innovador de Facebook, quien ha llegado a poner en duda si la moneda verá realmente la luz, de acuerdo a un reporte trimestral del 2019. Por los momentos, Dante Disparte, Director de Políticas y Comunicaciones de la Asociación Libra, admite que el proyecto se encuentra concentrado en resolver los desafíos regulatorios que conllevan una iniciativa de su alcance y naturaleza.
Según una publicación reciente de Bloomberg, la asociación estaría contemplando redefinir el papel de la criptomoneda Libra dentro del sistema de pagos mundial que, en teoría, piensan implementar. El nuevo planteamiento considera, supuestamente, la participación de otras monedas digitales, incluyendo aquellas emitidas por los bancos centrales, agrupadas bajo el acrónimo CBDC.
El reporte de Bloomberg indica que, luego de los “retoques técnicos” mencionados, el Proyecto Libra sería relanzado este año en una fecha todavía sin determinar.
Quizá ahora se explique la recomendación emanada desde el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Pagos Internacionales hacia los bancos centrales europeos, en el sentido de acelerar la emisión de sus propias CBDC, y los rumores acerca de la inminente salida de la FedCoin, una hipotética moneda digital de la Reserva Federal de los Estados Unidos.
El mundo financiero también está a la expectativa ante el empuje de China para llevar adelante su iniciativa de CBDC, una idea que cobra cada vez más cuerpo. Por otro lado, los enormes avances en el sector de los pagos móviles del gigante asiático se han ganado la admiración hasta de los legisladores norteamericanos, quienes urgen a los proveedores locales “ponerse al día”.
Aún no queda claro si la inclusión de las monedas digitales emitidas por bancos centrales en el Proyecto Libra es parte de una nueva estrategia de Facebook para conseguir el favor de las autoridades regulatorias, o si es una imposición velada de los sectores financieros influyentes.
En todo caso, es evidente que es sistema bancario predominante luchará a brazo partido por conservar las cuotas de poder que les confiere el estar a la cabeza de la intermediación financiera mundial. Y esta lucha comienza por impedir que Libra sea un hecho, antes de que las CBDC estén listas para su implementación formal en las regiones más importantes del planeta.