Clave privada
La criptografía es la base de la seguridad en las criptomonedas. Para que sea posible enviar o recibir dinero se necesita una dirección propia que está formada por una serie de números y letras generada aleatoriamente que a su vez tiene su clave privada.
Esta clave es normalmente un código de 256 bits que consta de 64 caracteres. Un ejemplo de clave privada podría ser:
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Esta clave privada funciona como una firma digital con la que demuestras ser propietario de las criptomonedas. Una wallet (digital) administra su clave privada y muestra el saldo de las monedas de cifrado. Gracia al seguimiento de las transacciones es posible ver las cantidades transferidas.
Es muy importante que siempre recuerde su clave privada y la mantenga bien guardada. Cualquier persona que se haga con esta clave podrá acceder a sus criptomonedas y tendrá control sobre ellas. Otro motivo por el que no debes olvidar esta clave es por que sin ella no podrás acceder a ellas nunca más. Es decir, van a quedarse eternamente en esa dirección.
Para que esto no le suceda, aprenda cómo suelen perderse y cómo evitarlo.
Clave pública
Una clave privada y una clave pública están matemáticamente relacionadas, y de hecho, la clave pública deriva de la clave privada. Aunque es posible crear la clave pública a partir de una clave privada, es prácticamente imposible crear la clave privada a partir de una clave pública.
Esta clave puede ser conocida por los demás sin suponernos un riesgo, no da acceso a nuestras criptomonedas, pero es indispensable para recibirlas de alguien. A la clave pública también la llaman dirección de cifrado. Esta dirección es un hash de la clave pública generada para proporcionar seguridad adicional.
Un ejemplo de clave pública en caso de Bitcoin podría ser: 19D8Zk6Glo77oLtj7f323MpkQ48AxMC6br