viernes, noviembre 22, 2024
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Bitcoin, Martti Malmi y Nakamoto: los primeros días de la leyenda

Años antes de que Bitcoin fuera el fenómeno global en el que se ha convertido ahora, pasando de la nada a ser el nuevo juguete de los especuladores financieros, era solamente un software de código abierto que lentamente se iba abriendo camino gracias al apoyo de los geeks, una curiosidad tecnológica que promovía la poderosa idea de un sistema monetario independiente, cosa que la ayudó a ir ganado adeptos y difusión entre los adoptadores tempranos.

En el principio…

Entre los meses de marzo y junio del 2009, el programa cliente de Bitcoin había estado dando sus primeros pasos desde que lo lanzó un creador en la sombra (y que hasta el día de hoy seguimos sin saber quién es realmente) que se dio a conocer en aquél entonces bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto. El software producía bitcoins gratis para cualquiera que lo descargara y lo pusiera a funcionar, ese era en gancho para incentivar a los nuevos participantes, pero casi muy poca gente del común se mostraron genuino interés. Es posible que una pregunta lógica rondara en sus mentes: ¿Qué podremos hacer con esto que llaman Bitcoin? ¿Es realmente dinero? ¿Dónde podremos gastarlo y cuáles cosas podríamos pagar con esto?

Sin embargo, algunos de los primeros usuarios confiaron en que, pasado no mucho tiempo, la propuesta de Nakamoto funcionaría y Bitcoin sería un competidor importante ante las monedas fiduciarias del mundo. Y no estuvieron equivocados. Gracias al fenómeno de diciembre de 2017, cuando Bitcoin rozó los US$ 20.000, quienes tuvieron fe en la idea y siguieron ejecutando el software, pudiendo así acumular cantidades importantes de la criptomoneda hasta esa fecha, de repente se hicieron multimillonarios y hoy en día constituyen el ejemplo de los que esperan un nuevo despegue de Bitcoin “hacia la Luna” les cambie la vida.

Bitcoin y Nakamoto encuentran a su primer aliado

El nombre de Satoshi Nakamoto empezó a aparecer con cierta frecuencia en los foros de encriptación, sobre todo en el que sería el primer panel de mensajes dedicado a la promoción de Bitcoin. Desde allí, Nakamoto respondía con entusiasmo a los esporádicos participantes que mostraban interés en su utópica propuesta. De repente un buen día, salido de una modesta habitación de Helsinki, el creador de Bitcoin halló a quien luego se convertiría en uno de los principales artífices de la que se considera hoy la primera y más importante de las criptomonedas.

Martti Malmi programador Bitcoin

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Martti Malmi cursaba su segundo año en la Universidad de Tecnología de Helsinki, en plena primavera de 2009, cuando él y Bitcoin tuvieron su primer y afortunado encuentro. El muchacho, algo tímido y de apariencia un poco desgarbada, no hizo muchos intentos de llevar una vida social activa en el recinto de estudios. Se sentía mejor pasando largo tiempo en su habitación, escribiendo programas en su computadora, algo que comenzó a hacer desde que era muy joven, cuando sólo tenía 12 años. Sus ratos libres los dedicaba a jugar en línea o a escuchar grupos de heavy metal con los audífonos puestos.

Un coctel de ideas políticas y tecnología

Ese modo de vida solitario y aislado, relacionado más que todo con el mundo de la programación, permitió a Malmi meditar acerca de las ideas subyacentes de Bitcoin. El encuentro entre ambos sería entonces casi inevitable.

Gracias a Internet el adolescente pudo descubrir y explorar ideas políticas que diferían del consenso socialdemócrata finlandés. Comenzó a simpatizar con las propuestas de los economistas libertarios, que alentaban a las personas a crear su propio destino. El joven Malmi se sentía identificado con esta corriente de pensamiento, pues se alineaba con el su retraído enfoque de la vida.

Mientras estudiaba en la universidad, Malmi se había sentido atraído por el auge del Partido Pirata en Escandinavia, grupo que promovía la tecnología sobre el compromiso político como la forma de movilizar a la sociedad. Servicios de intercambio de música como Napster, y otros, no habían esperado a que la política reformara la ley de derechos de autor, sino que obligaron al mundo a cambiar. Mientras estas ideas revoloteaban en la cabeza de Malmi, el programador comenzó a plantearse si el dinero podría ser lo próximo que fuera tocado y transformado por la innovación tecnológica.

nodo btc 2009

Después de buscar afanosamente por Internet, Malmi hizo finalmente contacto con el sitio bitcoin.org., una página bastante sencilla, donde se ofrecía la primera versión del cliente de Bitcoin en código abierto y los lineamientos básicos de su funcionamiento.

“Puedo echarte una mano con Bitcoin”

Fue en mayo de 2009 cuando Malmi envió su primer correo electrónico a Satoshi Nakamoto. En el mensaje, el joven desarrollador se ponía a la orden del misterioso personaje:

Me gustaría saber si hay algo que pueda hacer. Creo que puedo echarte una mano con Bitcoin”, le escribió Malmi.

Antes de ponerse en contacto con Satoshi, Malmi había escrito sobre Bitcoin en anti-state.org, un foro dedicado a la posibilidad de una sociedad anarquista organizada sólo por el mercado. Escondiéndose tras el apodo de Trickster (embaucador), Malmi ofreció una corta descripción sobre la idea de Bitcoin y dejó el campo abierto para la discusión:

«¿Qué piensan de esto? Estoy realmente entusiasmado con la idea de algo práctico que realmente podría acercarnos a la verdadera libertad en nuestra vida :-)».

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En su primer correo electrónico a Nakamoto, Malmi incluyó un enlace a esta publicación. Nakamoto lo leyó y respondió rápidamente:

«Tu comprensión de Bitcoin es la correcta«.

Primero, enseñar sobre Bitcoin. Programar vendría después

Seguidamente, Satoshi le comunicó a Malmi algunas ideas sobre cómo podría comenzar a colaborar con el proyecto. De inicio, lo más sencillo era también, al mismo tiempo, lo más importante: dejar su computadora siempre encendida con el programa cliente de Bitcoin en ejecución. Cinco meses después de que se lanzara el software, no era posible afirmar con certeza que alguien, en alguna parte, estaba ejecutando el programa del nodo.

En cuanto a las necesidades de programación más complicadas, Nakamoto le dijo a Malmi que existían todavía muchos retos que resolver en el camino. Le sugirió encargarse de la edición de material introductorio dedicado a los recién llegados, para ser publicado en la página web, pues lo consideraba la persona adecuada para esta labor.

aprender bitcoin

A manera de excusa, y como razón para dejarle el trabajo, Nakamoto le escribió: “No soy tan bueno escribiendo. Programando soy mucho mejor”.

Remozando la imagen de una criptomoneda

Dos días después, Malmi demostró que Nakamoto tenía razón, al enviar un documento extenso, pero accesible, que abordaba siete preguntas básicas, listo para ser publicado en el sitio web de Bitcoin. Malmi proporcionó respuestas sencillas, aunque de vez en cuando con dificultades, a preguntas como «¿Es seguro Bitcoin?» y «¿Por qué debería usar Bitcoin

Nakamoto quedó tan satisfecho con el documento que, de inmediato, otorgó a Malmi permisos completos para trabajar en el sitio web de Bitcoin y pudiera así realizar las actualizaciones que considerara necesarias sin ningún tipo de impedimento. A las pocas semanas de haber comenzado su relación con Nakamoto, el joven Malmi había renovado totalmente el sitio web.

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Sin embargo, esto no se tradujo en montones de usuarios nuevos llegando al sitio web. Unas pocas docenas de personas descargaron el código de Bitcoin en junio, para sumarse a los pocos cientos que lo habían descargado desde su lanzamiento original. La mayor parte de ellos lo ejecutó brevemente y luego lo desactivó.

btc orange

Pero Malmi tenía una misión entre manos y no se amilanó. Después de lanzar el nuevo sitio web, al muchacho de Helsinki le tocaría entonces enfrentarse, en algún momento, al código subyacente real del software. No tenía ninguna experiencia previa con C ++, el lenguaje de programación en el que Nakamoto había escrito Bitcoin. Y como cualquier buen programador que se respete y ame los retos, Malmi comenzó a aprender el lenguaje por su cuenta.

Comiendo, bebiendo y respirando Bitcoin

Malmi tuvo tiempo suficiente para dedicarse a esto debido a que le fue imposible conseguir un trabajo de programación de verano, razón por la cual pudo enfocarse adecuadamente en su trabajo con Bitcoin durante los meses siguientes. Malmi fue contratado luego para un trabajo de medio tiempo a través de una agencia de empleos temporales, pero pasaba muchos de sus días y noches en el laboratorio de computación de la universidad, del cual salía cuando estaba ya entrada la mañana. Él y Nakamoto se comunicaban con regularidad, llevando una relación lo suficientemente fluida y cordial.

Si bien Nakamoto nunca discutió nada personal en los correos electrónicos intercambiados con su ahora colaborador, de vez en cuando bromeaba con Malmi sobre algunos asuntos. En uno de esos mensajes, Nakamoto le comentó sobre un correo en particular, de los pertenecientes a la lista de Bitcoin, en donde uno de los usuarios se refería a Bitcoin como «criptomoneda», un nuevo término inspirado en las funciones de encriptado que forman parte de su protocolo.

A Nakamoto le pareció ingenioso el apelativo y le dijo a Malmi: «Tal vez sea una palabra que deberíamos usar como elemento en la descripción de Bitcoin. ¿Te gusta?«.

bitcoin criptomoneda

Ambos discutieron también sobre las posibles mejoras en el software repetidas veces. Fue Malmi quien propuso que el nodo de Bitcoin fuera un software de inicio automático que se activara cuando el usuario arrancara su computadora. De esta forma una mayor cantidad de nodos estarían activos en la red, sin necesidad de la intervención de nadie.

Agarrando al toro por los cuernos

Nakamoto quedó sumamente complacido con la idea: «Ahora que lo pienso, has puesto tu dedo en la característica faltante más importante en este momento, que haría una diferencia en el orden de magnitud sobre la cantidad de nodos activos«, le respondió.

A pesar de la relativa falta de experiencia de Malmi codificando en C++, Nakamoto lo autorizó totalmente para realizar cambios en el software central de Bitcoin en el servidor donde estaba alojado, algo que, hasta este momento, únicamente Nakamoto podía hacer. A partir de agosto, el registro de cambios en el software mostraba que Malmi era ahora el programador principal. Cuando fue liberada la siguiente versión de Bitcoin, 0.2, Nakamoto concedió el honor a quien lo había ganado, y dio crédito a Malmi por la mayoría de las mejoras en el código.

program code

Casi al mismo tiempo, Malmi organizó un foro en línea donde el pequeño, pero creciente, grupo de personas atraídas por la tecnología podía exponer sus inquietudes e intercambiar ideas.

La primera venta registrada de Bitcoin

El foro de Bitcoin comenzó a operar en el otoño de 2009 y pronto un grupo de entusiastas se hicieron asiduos. Uno de ellos, que participaba con el alias “NewLibertyStandard”, habló sobre la necesidad de un sitio web donde la gente pudiera comprar y vender bitcoins por dinero real. Como coincidencia, este era uno de los temas sobre los que Malmi y Nakamoto habían intercambiado algunas ideas en medio de sus conversaciones escritas.  Con el fin de apoyar la iniciativa de NewLibertyStandard, Martti Malmi envió a NewLibertyStandard la cantidad de 5.050 bitcoins. A cambio, Malmi obtuvo US$ 5,02 por PayPal, en lo que sería la primera transacción registrada de bitcoins por dólares de los Estados Unidos de la que se tenga noticia.

¿Y cómo se determinó el precio que debía pagarse por cada Bitcoin? En vista de que era la primera vez que esto sucedía, NewLibertyStandard ideó un método propio por el cual podía hacerse dicho cálculo: un Bitcoin costaría su equivalente en dólares norteamericanos según la cantidad de energía eléctrica que se empleara en la producción de uno, y utilizó como base el consumo señalado en su propia factura de electricidad. De esta forma se halló que, para entonces, con un dólar gastado en electricidad se podían obtener mil bitcoins, según el promedio de costo energético entre octubre y noviembre de 2009.

Comienza la nueva era del dinero

Tendrían que pasar doce meses, o un poco más, para que Bitcoin atrajera incluso a un número moderado de seguidores, pero Martti Malmi ya había demostrado que los bitcoins podían cambiarse por dinero de verdad, y esto lo ayudaría a demostrar que, con Bitcoin, se podría lograr mucho más que eso.

Al día de hoy, alrededor de Bitcoin se han generado cientos de nuevas empresas, y varios cientos de millones de dólares en fondos de riesgo se han puesto en juego. El fenómeno de Bitcoin y las criptomonedas ha logrado colarse en las salas de juntas de casi todos los principales bancos y bolsas de valores del mundo.

bitcoin leyenda

Después de dejar su voluntariado junto a Nakamoto en 2011, Martti Malmi ha participado en varios proyectos como desarrollador. En el 2014 ayudó a dar vida a Identifi, una aplicación de agenda de contactos descentralizada y verificable. Ese mismo año fue el cofundador de MONI, una compañía de servicios financieros en la que estuvo casi cuatro años.

En la actualidad, Malmi se desempeña como ingeniero senior de software en Gun Inc., una firma de tecnología que trabaja con soluciones de sincronización de datos para Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas, grafos, P2P y tecnología blockchain.

Abelardo Madrid
Abelardo Madrid
Administrador de redes y sistemas.
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