Surgidos de las historietas futurísticas televisivas de los años 60, los autos voladores han cruzado el puente de la imaginación, para instalarse en las mesas de diseño del mundo real. Ha sido, principalmente, el mundo del cine quien ha mantenido vigente el anhelo por automóviles que también puedan volar.
Son memorables también películas como “El quinto elemento” (Bruce Willis / 1997), el ya clásico de ciencia ficción “Blade Runner” (Harrison Ford / 1982), y “Total Recall” (Colin Farrel / 2012), donde autos voladores pululan por encima de congestionadas ciudades del mañana.
Volar, el sueño del hombre
Una de las experiencias mas gratificante que pueda tener alguien en la vida es la de tomar un avión y dejarse transportar a través de las nubes hacia su lugar de destino. Por supuesto, que asociamos esta imagen a la de los millones de viajeros que todos los años surcan los cielos con fines de trabajo o placer.
Pero, ¿y si también pudiéramos volar desde nuestra propia casa hasta la oficina? ¿Si quisiéramos dar un paseo por los aires tan sólo por diversión? ¿O evitarnos los inmensos atascos propios de las horas pico en las grandes ciudades?
De los parques aéreos a los autos voladores
Norteamérica es la tierra donde todo es posible, siempre que tengas la cantidad de dinero adecuada. Desde hace bastante tiempo, los amantes de la aviación han podido disfrutar el poder vivir junto a sus hangares gracias al desarrollo de los parques aéreos.
Los parques aéreos son urbanizaciones donde, además de casas generalmente imponentes, encontramos hangares para monoplazas o avionetas bimotor ubicadas en la misma propiedad. Para ir hacia donde quieran, sus inquilinos tan sólo deben abordar uno de sus aparatos voladores y despegar, como si se tratara del propio auto.
Este privilegio viene con sus costos asociados. Por ejemplo, una casa en Willis Gliderport (Boynton Beach), uno de los cuatro parques aéreos construidos en Florida, puede llegar a costar cerca del millón de dólares. A eso tendríamos que sumar lo necesario para estar en el aire.
Quien quiera azul celeste…
Una pequeña aeronave monomotor puede conseguirse a partir de USD 15.000, y llegar fácilmente hasta los USD 100.000, dependiendo de sus prestaciones. El precio de los aviones bimotor arranca en los USD 75.000, y los más sofisticados se ubican en la franja de los USD 300.000.
Si incluimos además los costos de inspecciones, seguro, combustible y lubricantes, veremos que, aparte de su amor por el aire, quienes deseen vivir en un parque aéreo deberán contar con una cuenta bancaria bastante abultada.
Hasta ahora los parques aéreos se ubican en zonas adyacentes a una ciudad principal, en los suburbios. Con el advenimiento de los autos voladores, los residentes de los parques aéreos comenzaran a lucir un poco anticuados.
Un estacionamiento en el cielo
Si los parques aéreos son para gente adinerada, los primeros autos voladores parecen estar destinados a los verdaderos millonarios del planeta, o a empresas de servicio con clientes de alta gama. Sino que lo digan los constructores del Paramount Miami World Center.
El mas reciente desarrollo urbano en el centro de Miami, quiere ofrecer a sus inquilinos el futuro del transporte urbano, ahora.
Los promotores del condominio Paramount Miami Worldcenter fueron lo suficientemente arriesgados y apostaron también por los autos voladores, cuando incluyeron en el diseño del complejo un puerto de aterrizaje para los aparatos.
Dado que los precios de los apartamentos en esta exclusiva torre residencial rozan los dos millones de dólares, para quienes adquieran las unidades del complejo no será problema alguno acceder a los beneficios ofrecidos por los autos voladores o taxis aéreos.
El Paramount Miami Worldcenter estará listo en la primera mitad del 2020, pero los propietarios de apartamentos tendrán que esperar un poco mas para poder ver aterrizar los primeros autos voladores en el tope del complejo.
La carrera por los autos voladores está en marcha
Ya algunas de las firmas automotrices y aeronáuticas de relevancia global se han sumado a los participantes de este apenas naciente sector del transporte. Y es que, en un mundo donde las startups de tecnología suelen estar a la vanguardia, las empresas de larga trayectoria parecen estar quedándose rezagadas.
Actualmente, el constructor de aeronaves comerciales Boeing participa como socio en varios proyectos de autos voladores, o vehículos de despegue y aterrizaje vertical (VTOL: Vertical Take-Off and Landing), como se les llama en ocasiones. Junto a Kitty Hawk, una iniciativa de autos voladores respaldada por Google, Boeing desarrolla CORA.
Electricidad y nada más
CORA es un eVTOL (un auto volador impulsado emplea únicamente por energía eléctrica) que puede transportar dos pasajeros, y se ha concebido como un taxi aéreo. Esto quiere decir que el aparato sólo puede volar entre un sitio y otro, pero no está capacitado para rodar por las carreteras.
Con una autonomía de 40 km, CORA ha sido probado con éxito en Nueva Zelanda, pero se lo considera todavía un prototipo.
Boeing también se ha asociado con la alemana Porsche, para producir un modelo de concepto de estos vehículos. En octubre de 2019, las dos compañías anunciaron que estaban trabajando juntas con este fin, pues Porsche aspira a ampliar sus horizontes en cuanto a opciones de movilidad para sus clientes.
Dinero en el aire
En 2018, esta legendaria firma alemana de autos deportivos concluyó mediante un estudio, que, para el 2035, el mercado de autos voladores propulsados eléctricamente podría mover unos USD 32 mil millones al año.
Porsche encontró además una relación entre los autos voladores y el petróleo. Según su investigación, las ciudades donde podrían implementarse mas rápidamente los autos voladores serian sitios como Dubái, Dallas o Singapur, conocidas por sus boyantes economías locales debido a la extracción de crudo.
A la par de los vehículos aéreos de pasajeros (PAV), Boeing también ha realizado vuelos de prueba para aparatos voladores de carga no tripulados. Los dispositivos, con capacidad de transportar hasta 227 kilos, forman parte de su proyecto NeXt.
Un asunto de energía
Si bien es verdad que la carrera por traer los primeros autos voladores al mercado ya dio inicio, algunas voces del sector mantienen sus reservas en cuanto al tiempo de desarrollo. Una de estas voces es la de Mark Jennings-Bates, ejecutivo de la startup de autos voladores PAL-V.
En su opinión, uno de los principales problemas tiene que ver con la energía de propulsión. Los eVTOL se impulsan con baterías eléctricas que hasta ahora no permiten mayor autonomía de vuelo.
Se espera que los primeros autos voladores puedan mantenerse en el aire por media hora, marca que está lejos de alcanzarse con la tecnología disponible.
Jenning-Bates resalta que los prototipos actuales ofrecen sólo unos veinte minutos, en promedio, de vuelo continuo. El representante de PAL-V piensa que la tecnología de baterías debe avanzar lo suficiente antes de poderse estimar realmente para cuándo tendremos realmente autos voladores entre nosotros.
Otros temas por resolver
El tema de las baterías para autos voladores, si bien es central, es uno de los varios inconvenientes que deben resolverse. Tenemos además el aspecto regulatorio, que está apenas empezando a considerarse, y lo relativo a la seguridad.
Por otra parte, tampoco se sabe con claridad de qué manera serán recibidos los autos voladores por el público en general. Como concepto, los autos voladores encarnan las promesas del futuro que se hicieron décadas atrás.
Pero la gente suele ser cautelosa con los nuevos adelantos tecnológicos, y tratará a eVTOL de la misma forma. Mientras tanto, algunas compañías parecen estar inclinadas hacia los llamados taxis aéreos, un nicho que parece estar económicamente mejor definido.
¿Autos voladores o taxis aéreos?
La idea de los taxis aéreos aplica cuando se quiere llevar pasajeros desde el punto A hacia el punto B, sin necesidad de atravesar caminos terrestres intermedios. Es por ello que los diseños de este tipo de vehículos voladores contemplan un tren de soporte para aterrizaje y despegue, y no un sistema similar al de los autos convencionales.
Tan pronto como el 2023, Uber espera tener lista su iniciativa de taxis aéreos, que ha llamado Uber Air. Con Uber Air persiguen proveer un servicio de transporte aéreo mas barato, menos ruidoso y mucho mas amistoso con el ambiente que el que brindan actualmente los helicópteros, sin mencionar lo elevado de su precio.
La gigante estadounidense de la aeronáutica Boeing también lleva adelante su propia iniciativa de autos voladores. Su vehículo aéreo de pasajeros (PAV), denominado NeXt, fue probado a principios de 2019, con resultados satisfactorios.
El NeXt funciona exclusivamente con energía eléctrica y puede recorrer hasta 80 kilómetros antes de que sus baterías entren en el modo de reserva.
Al igual que los coches que se manejan solos, el prototipo NeXt de Boeing está concebido para ser un transporte aéreo de despique y aterrizaje completamente autónomos. Aurora Flight Sciences, una filial de Boeing, es quien maneja el proyecto de autos voladores de la compañía.
A la cabeza de los autos voladores
Todas las compañías desean sacar al mercado sus autos voladores antes que sus competidores. Tarea difícil, si consideran lo adelantada que está Terrafugia en este terreno. Terrafugia, fundada por cinco egresados del MIT en 2006, está a punto de inaugurar la era de los verdaderos autos voladores.
La compañía obtuvo en 2016 la certificación de la FAA para su modelo de auto volador “Transition”, bajo la modalidad de “avión deportivo ligero”.
Terrafugia anunció que sus autos voladores comenzarían a producirse a comienzos de este año. Según ellos, los vehículos cumplen con todas las normativas de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), y saldrán listos para recorrer los cielos.