Para conseguir generar 1 bitcoin a través de la minería se requiere de unos circuitos integrados específicos de aplicaciones de Bitcoin que se conocen como ASIC. Los ASIC están diseñados para resolver complejos algoritmos a alta velocidad y, para ello, necesitan enormes cantidades de energía.
Según cálculos de los analistas la obtención de 1 solo bitcoin actualmente requiere una potencia eléctrica más o menos equivalente a la de 1 hogar promedio en los EEUU durante 2 años. Eric Holthaus, meteorólogo, remarca que la trayectoria se está llevando es insostenible y que en febrero de 2020 la red Bitcoin por ella misma podría “usar tanta electricidad como lo hace el mundo entero en la actualidad”.
La cantidad de energía que requiere este proceso no es el mayor problema. La energía eléctrica utilizada proviene en mayor medida y en aumento de redes alimentadas con carbón en países en desarrollo en lugar de fuentes renovables. La contaminación es un tema preocupante y a tener muy en cuenta.
Algunos economistas comentan que la minería de Bitcoin, la más popular entre las criptomonedas ya representa el 0,13% del consumo mundial de electricidad. Del total de gastos de los mineros de criptomonedas de todo el mundo, prácticamente, el 80% se destina a la electricidad.
Si sumamos este consumo al de los dispositivos eléctricos ociosos de los hogares, que según afirma un estudio del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales del norte de California es del 25%. Charles Hught Smith, un prominente blogger de economía, explica:
«Eso significa que los dispositivos que están apagados o en modo de espera o inactivo pueden usar hasta el equivalente al equivalente a 50 grandes centrales eléctricas y costar más de 19.000 millones de dólares en facturas de electricidad cada año (en los Estados Unidos)».
También encontramos costes que se ocultan en aplicaciones y extensiones que contienen Scripts de minería criptomonedas que se ejecutan en segundo plano sin que el usuario lo sepa o permita.
«Estimar cuánta energía consumen las cadenas de bloques es notoriamente difícil o inexacta. No hay forma de saber exactamente quién está extrayendo en un momento dado, o cómo es su configuración real«, dice el ingeniero de software S Friend, un experto que también dirige talleres sobre la comprensión de la tecnología blockchain.
«Por ejemplo, ahora puedo iniciar un nodo de minería en mi ordenador portátil y detenerlo en cualquier momento. Mi huella de carbono, en una ordenador portátil en una región hidroeléctrica de Canadá, va a ser muy diferente a la del hardware especializado de minería que se ejecuta en un área impulsada por carbón«.
Básicamente, la tecnología crea una hoja de cálculo pública que no se puede revisar. La regulación a través de las fronteras internacionales es difícil porque es descentralizada y anónima.
«Blockchains permite a un grupo de personas de todo el mundo que no se conocen y no confían el uno en el otro ponerse de acuerdo sobre el estado global de un sistema«, explica Friend. «Típicamente, lo que están acordando es el estado global del «ledger. Es decir, a quién pertenece qué tokens de criptografía, aunque hay blockchains de segunda generación más complejos».
Soluciones
Lo beneficios suelen motivar más que las advertencias de los activistas ecológicos.
Se están llevando a cabo innovaciones para reducir los costes financieros y ambientales de los sistemas de criptomonedas. Intel, una importante compañía de tecnología de los EEUU tiene el objetivo de reducir la demanda de energía de la minería Bitcoin sobre el 35%.
Recientemente presentó la patente de un acelerador de hardware de nueva generación que funciona a una temperatura más baja y requiere menos espacio.
Las alternativas a Bitcoin generalmente son más económicas. Bitcoin utiliza un protocolo Proof-of-work (PoW) para disuadir a los piratas informáticos y evitar accidentes, a través de un complejo acertijo matemático. El primero que lo resuelve y envía la solución es recompensado con un token.También está diseñado para evitar el doble gasto de una moneda.
Cuanto mayor es la dificultad más trabajo tendrán los ordenadores y, con ello, más energía consumirán.
Proof-of-stake (PoS) es una alternativa que ya ha sido adoptada por algunas criptomonedas nuevas, como Ethereum. Este método, substituye la compleja cadena de cálculos por “un juego de incentivos basado en el voto”.