Debido al enlentecimiento de la economía del país, el gobierno apuesta por destacar como pionero en este sector.
Los responsables de Khyber Pakhtunkhwa, una de las cuatro provincias del país, han anunciado la creación de dos plantas de minado propiedad del estado.
Esto supone un hito para el bitcoin, el cual no había recibido hasta la fecha muestras de interés tan claras por parte de ningún estado, sino todo lo contrario.
A esta iniciativa le acompañan diferentes leyes que regulan la operativa de criptomonedas en el país de una forma favorable, permitiendo a individuos y entidades lanzar y distribuir sus propias criptomonedas sin las trabas burocráticas que existían con anterioridad.
Pakistán busca así posicionarse como un referente en un futurible mundo donde el bitcoin tendrá un peso importante en la economía mundial, creando de esta manera un ambiente atractivo y favorable para el crecimiento económico del país.
Aunque para conseguirlo deberán resolver primero varios problemas como la calidad de las infraestructuras y del suministro eléctrico, fundamental para alimentar estas granjas de minado.