Alexander Vinnik, el hacker que quebró a Mt.Gox, y uno de los creadores del intercambio ruso BTC-e, irá finalmente a juicio en Francia.
El país galo será una de las tres paradas que esperan a Vinnik, quien también está solicitado por las autoridades de los Estados Unidos y Rusia.
Tiempo atrás, BTC-e estuvo siendo investigado por supuestamente realizar transacciones con fondos provenientes del robo continuado que sufrió la plataforma japonesa Mt.Gox entre 2011 y 2013.
Durante ese lapso, unas 600.000 unidades de Bitcoin fueron extraídas de Mt.Gox, sin que nadie lo notara. Fue en febrero de 2014 cuando el CEO de Mt.Gox, el ciudadano de origen francés Mark Karpeles, notificó un faltante de 850.000 BTC.
En una presentación ante los medios de comunicación, Karpeles atribuyó la desaparición de los fondos a la acción de piratas informáticos.
Aunque prometió recuperar el monto del robo, lo cierto era que Mt.Gox había recibido un golpe demasiado fuerte, y el 28 de febrero terminó por declararse en bancarrota.
Antes de que las averiguaciones condujeran a Vinnik y BTC-e, sería Karpeles quien tendría que sufrir los rigores de la justicia japonesa.
La sospecha principal recayó sobre el CEO de Mt.Gox, pues los investigadores dudaban de su alegato de ataque cibernético, y supusieron que se hallaban ante un caso de malversación de fondos.
Al tiempo que todo esto ocurría, el FBI y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos se encontraban tras el rastro del autor de una serie de robos perpetrados a intercambios de criptomonedas.
Mediante la Policía Nacional de Japón, los agentes norteamericanos se pusieron en contacto con Karpeles en el 2015, pues el ataque a Mt.Gox podría arrojar más pistas sobre el caso que venían siguiendo.
El ejecutivo manifestó su intención de colaborar con las autoridades internacionales, algo que los investigadores japoneses vieron con recelo. A ellos, Karpeles no había sido capaz de suministrar mayor ayuda sobre el robo de Mt.Gox, y seguían dudando de su testimonio.
Ese mismo año, Karpeles fue puesto bajo custodia, estado en el que le tocaría pasar unos largos once meses. Los cargos presentados no tenían nada que ver con piratería informática ni nada parecido.
Según dejó conocer luego, durante su detención fue objeto de abusos por parte de la policía japonesa.
Comentó que le sometían diariamente a interrogatorios de hasta ocho horas. En otras ocasiones, le pedían que firmaran confesiones pre elaboradas, escritas en japonés.
Los sabuesos nipones llegaron a preguntarle si él era Satoshi Nakamoto, e insistían que confesara el paradero de los bitcoins “desaparecidos”.
Por suerte para Karpeles, en septiembre de 2016, los norteamericanos por fin pudieron hacerse con una copia de los registros de Mt.Gox.
Además, recibieron ayuda extra de uno de los afectados, un ingeniero sueco de apellido Nilsson, quien aportó información valiosa para la resolución del caso.
Pero quien habría de dar la puntada final a la investigación sobre Mt.Gox sería un especialista en cibercrimen, perteneciente al Servicio de Rentas Internas (IRS) de los Estados Unidos, Tigran Gambaryan.
Gambaryan llevaba varios años combatiendo los delitos en Internet relacionados al pago de impuestos, y el empleo de monedas digitales en actividades ilícitas en línea prácticamente lo forzó a conocer a fondo los intríngulis del mundo de las criptomonedas.
Así, luego de un trabajo conjunto entre varias agencias, se aclaró que Mark Karpeles no tenía nada que ver con el robo del intercambio Mt.Gox. De hecho, el autor resultó ser una persona completamente ajena a la compañía.
La fuerza de tareas liderada por Gambaryan rastreó las monedas de Bitcoin desvanecidas de la plataforma, y fueron a dar con un hacker ruso supremamente habilidoso, Alexander Vinnik, operador principal de BTC-e.
Vinnik había penetrado la seguridad de la plataforma Mt.Gox desde el 2011, y estuvo drenando sus arcas pacientemente hasta finales del 2013. Lo asombroso de esto es que nadie en la firma se hubiera dado cuenta antes.
La investigación halló que, durante ese tiempo, Alexander Vinnik fue capaz de extraer más de 600 mil monedas de Bitcoin.
Como “coincidencia”, el intercambio de criptomonedas BTC-e se creó por las mismas fechas en que Vinnik había comenzado con el robo continuado de monedas digitales más largo que se conozca.
Ahora tocaba dar con la ubicación de Vinnik. El cibercriminal fue hallado finalmente en Grecia, donde fue puesto bajo arresto el 25 de julio de 2017.
En vez de acusársele por el hacking de Mt.Gox, la justicia norteamericana puso sobre él cargos de lavado de dinero, mediante transacciones efectuadas en BTC-e.
La operación de lavado en BTC-e superaba los cuatro mil millones de dólares, parte de los cuales provinieron del robo mencionado.
Mientras tanto, en Japón, ese año dio inicio el juicio por malversación y otros cargos a Mark Karpeles, donde, de nuevo, la suerte pareció sonreírle.
El personaje logra librarse de los cargos de malversación, pero la corte demuestra que transfirió unos USD 33 millones a una cuenta personal, mediante una plataforma de criptomonedas ubicada en los Estados Unidos.
Empleando su computadora, Karpeles modificó los registros de Mt.Gox a fin de encubrir las 21 transacciones que necesitó para enviar el dinero. Por este cargo fue hallado culpable, y los fiscales solicitaron una pena de 10 años.
Sin embargo, por tratarse de un individuo sin antecedentes criminales, Karpeles recibió una sentencia de 2 años y medio de prisión, diferida, además, por cuatro años.
En cuanto a Vinnik, fue extraditado a Francia a comienzos de 2020. Aparte del lavado de dinero, allí enfrentará también cargos por manipulación indebida de datos, extorsión, fraude y otros.
Por lo visto, a Alexander Vinnik le espera un largo, pero muy largo tiempo tras las rejas.
Al concluir su cita con la justicia francesa, Vinnik deberá encarar la extradición a Rusia, donde se le solicita por fraude. Esto sucederá, a menos que las autoridades de los Estados Unidos se adelanten.
Y seguramente lo hagan. En ese país, al creador de BTC-e se le acusa de más de 15 cargos entre los que se encuentran “complicidad para el tráfico de sustancias prohibidas” y “sustitución de identidad”.
Adicionalmente, tanto Vinnik como BTC-e ya tienen deudas con la Tesorería de los Estados Unidos. La institución impuso una multa al fenecido intercambio que asciende a USD 111 millones, mientras que la de su principal manejador resultó en USD 12 millones.
Ambas multas se debieron a la “incapacidad voluntaria de aplicar apropiadamente las leyes contra el lavado de dinero”. BTC-e dejó de funcionar en julio de 2017.
