Para Stefan Ingves, Bitcoin se ha convertido en un fenómeno cuyas proporciones no se pueden seguir ignorando. Sobre todo, por los legisladores.
Ingves, quien se desempeña como el gobernador del Banco Central de Suecia, comentó hace poco acerca de la atención que ha despertado Bitcoin en las autoridades.
“Cosas como el lavado de dinero pasan por la mente de las autoridades cuando algo como Bitcoin es así de grande”, dijo el banquero.
“Y llega a ser así de grande, porque las personas lo siguen, lo apoyan, lo usan, y no son pocas”, agregó.
Según el ejecutivo, el siguiente paso de la receta debería ser la materialización de regulaciones, donde quiera que se emplee Bitcoin o cualquier otra de las llamadas criptomonedas.
Tomando el ejemplo de China, podemos darnos cuenta de que existen formas indirectas y muy efectivas de frenar el avance de las criptos.
Por ejemplo, el Banco Popular de China ha ejercido presión sobre las instituciones financieras, impidiéndoles aceptar criptomonedas como forma de pago.
Aunque en Suecia no existe el mismo tipo de gobierno que en China, su ministra de mercados financieros, la señora Asa Lindahagen, ha declarado que se hayan trabajando a fin de ejercer un mejor control sobre las actividades de los intercambios cripto.
Al otro lado del mundo, en los Estados Unidos, el Comité de Servicios Financieros del Congreso norteamericano recientemente interrogó a los presidentes de las instituciones bancarias más prominentes de esa nación.
El objetivo estuvo puesto en Bitcoin desde el comienzo, y la respuesta de los banqueros fue del mismo tenor. Con Bitcoin, y las criptomonedas en general, hay que tener cuidado.
Pero, a la vez, expresaron que la realidad los lleva a considerar formas seguras de invertir en criptos a sus clientes y socios comerciales.
“El interés en las monedas digitales es algo real”, dijeron, “y tanto instituciones como inversores particulares desean tener exposición”.
Y la clave está en la frase “forma segura”.
Con ello, los ejecutivos que asistieron de manera virtual a la sesión citada quisieron referirse, indirectamente, al trabajo pendiente que tienen los legisladores respecto a la supervisión de las actividades con criptomonedas.
La posición de los bancos centrales en relación a Bitcoin nunca ha sido favorable.
Tomando el mes de mayo como el mejor período de publicidad negativa para la moneda, dicha opinión no ha hecho más que afianzarse.
La espectacular corrección que ha sufrido la cotización de Bitcoin sólo ha endurecido la postura de sus detractores.
Lejos queda la moneda de ser considerada como refugio de valor, o sustituto del dólar, cuando sufre de episodios de volatilidad tan pronunciados como el actual.
En relación a esto, el director del Banco Nacional de Dinamarca, Lars Rohde, ha catalogado al espacio cripto como “una feria de especulación”.
Según Rohde, no existen garantías ni ningún tipo de estabilidad cuando se trata de las entidades conocidas como criptomonedas.
Una opinión políticamente correcta, tratándose del presidente de un banco central. Algo parecido dijo el CEO de JPMorgan, Jamie Dimon al Congreso de los Estados Unidos en días recientes.
Dimon afirmó que “Bitcoin no tiene valor real, ni está respaldado por ninguna clase de activo”.
Con todo, algunos bancos centrales siguen trabajando en el lanzamiento de sus CBDC, o monedas digitales emitidas por bancos centrales.
Y precisamente Suecia es uno de los países que lleva más adelantada la tarea.
De acuerdo a los cálculos de Ingves, el país pudiera ver circulando su moneda digital, la e-krona, tan pronto como en el 2026.
Pero la pionera ha sido Bahamas, quien, en octubre del 2020, lanzó su “Sand Dollar”, una CBDC caribeña de cuya experiencia esperan aprender otros bancos del mundo.