Bitcoin sigue demostrando su resiliencia frente a las difíciles circunstancias que atraviesa el planeta. Sin embargo, las voces del desastre no paran de pronosticar la desaparición de Bitcoin en los años que vienen y el resurgimiento del oro como patrón de respaldo para las monedas.
Más allá del efecto que tendrá el muy cercano halving de Bitcoin en la cotización de la cripto número uno, los detractores de la criptomoneda aprovechan cada oportunidad que se les presenta para enlodar su imagen y minimizar su importancia.
Peter Schiff, uno de los conocidos osos de Bitcoin y partidario a más no poder del oro, ahora clama que el metal precioso subirá hasta las nubes argumentando como simple razón que el precio de Bitcoin morderá el polvo a mediano plazo.
Personajes como Shiff acostumbran a establecer comparaciones entre el oro y Bitcoin, comenzando por decir que BTC no posee valor intrínseco.
En los tiempos que corren, la narrativa de Bitcoin contra el oro como refugio de valor ha vuelto a la palestra, sobre todo por el comportamiento de las bolsas mundiales debido a la crisis sanitaria desatada por el covid-19.
Hay otros, como Jerome Powell, el mandamás de la Reserva Federal, que, sin darse cuenta, equiparan a los dos activos, al decir que ambos son “activos con potencial especulativo”. Para los haters de Bitcoin, ésta no es una opinión que les sirva de soporte, precisamente.
Este 11 de abril, mediante su cuenta de Twitter, Peter Shiff la tomó una vez más contra Bitcoin:
En su post, Shiff alude a los poseedores de Bitcoin que se burlaban de quienes ponían su dinero en el oro, alegando que la criptomoneda era, a todas luces, una mucho mejor inversión.
El ejecutivo pronostica que, durante los siguientes años, Bitcoin literalmente se estrellará, mientras que el oro se irá a la Luna, para despecho de todos los criptofanáticos.
Al ser retado a vender su Bitcoin como prueba de que respalda con hechos lo que pregona por Twitter, el CEO de Euro Pacific Asset Management respondió que no tiene haberes en BTC, pero sí grandes cantidades de acciones en empresas extractoras de metales preciosos y también considerables porciones físicas de oro y plata en forma de lingotes.
Apartando la naturaleza digital de Bitcoin, entre el oro y la criptomoneda más conocida parecen existir más similitudes que diferencias.
Para comenzar, el mecanismo mediante el cual es obtenido Bitcoin se denomina minería. Ciertamente, aunque no es igual a procesar toneladas de mineral para conseguir unos cuantos gramos de oro, la minería de Bitcoin también implica trabajo (PoW).
Otra característica que emparenta al oro con Bitcoin es la disponibilidad del activo. Aunque los más radicales dicen que el oro es tan escaso como el Bitcoin, la verdad es que al día de hoy se desconoce la cantidad de oro que existe sin explotarse en las profundidades de la Tierra.
Algunas fuentes señalan que entre 2.500 y 3.000 toneladas de oro se extraen cada año, y que hacia el 2050 la producción de este metal se verá seriamente comprometida. Se prevé entonces que el modelo para la obtención de oro pasará de se la mera extracción hacia un esquema de reciclaje.
Esto quiere decir, que el oro empleado en la industria de los microcircuitos será aprovechado de los cientos de miles de equipos que se convierten en desechos cada cierto tiempo.
De hecho, el reciclaje de materiales contenidos en circuitos electrónicos, entre ellos el oro, está considerada como la segunda industria de mayores ingresos en ese sector. El primer lugar le corresponde al reciclaje mundial de papel.
Por otra parte, la cantidad de unidades de Bitcoin que alguna vez existirán fue fijada desde un principio en 21 millones.
Esto, sumado a las reducciones a la mitad de la recompensa por minería que sucederán cada cuatro años, aproximadamente, hacen de BTC un activo cuya disponibilidad será realmente menor con el correr del tiempo.
Y todos sabemos lo que ocurre con el precio de un activo cuando su demanda se hace significativamente superior a la oferta.
Sin importar cuán acertados sean los pronósticos de Schiff, al oro hay que concederle la prueba del tiempo. A diferencia de Bitcoin, que apenas sobrepasa dos lustros de existencia, el oro viene empleándose como dinero desde el 630-620 a.C., cuando comerciantes del pueblo lidio (Anatolia) acuñaron las primeras monedas con este metal.
Con más de 2.550 años de ventaja, ¿podrá el oro ser desplazado por Bitcoin en el largo plazo? Los analistas más conservadores visualizan un escenario futuro donde ambos activos coexistan armoniosamente.
Ahora, cuando la economía mundial parece tambalearse por el covid-19, no sería extraño que las criptomonedas basadas en oro puedan cobrar una relevancia inusitada en los mercados, cuando el ritmo normal de las cosas comience a recuperarse.