Mientras la mayoría de los seguidores de Bitcoin viven pendientes de su precio en las bolsas, otro mundo más refinado y exclusivo sirve de capullo para el florecimiento de blockchain.
Y es que Bitcoin no sólo vive en las mentes de quienes día tras día negocian con la moneda. Están los que, a través del arte, buscan plasmar ideas originales donde tecnología y estética sirvan de marco para la creación de piezas únicas.
Habrá algunos que defiendan al trading de criptomonedas como una forma de arte. No dejan de tener razón.
Como en todo campo del saber, se necesita talento, esfuerzo y motivación para hacer las cosas bien. El trading de monedas virtuales exige todo esto, y hasta más.
Pero por muchas que sean las habilidades de un trader, no podrá tener jamás en sus manos un Bitcoin; ni siquiera una aproximación física de dicha moneda.
Por supuesto, a menos que sea un medallón de esos que tiene Amazon a la venta y que pueden adquirirse por muchísimo menos de lo que cuesta un Bitcoin de verdad.
Bitcoin, blockchain y las artes plásticas
Es aquí donde los artistas, custodios de la creatividad y genialidad plástica humana, emplean su talento para lograr traer lo inmaterial, lo etéreo, al “mundo del César”. Desde una existencia meramente virtual, digital, Bitcoin puede estrenar un traje de proyección 3D y hacerse palpable, al menos en parte.
Por lo menos, esa ha sido la intención de Benjamín Gentilli, un novel artista plástico que recientemente hizo retumbar el nombre de Bitcoin en las galerías de Christie’s en Nueva York.
Gentilli es la cabeza rectora del Proyecto Robert Alice, una iniciativa que persigue promover la tecnologia blockchain dentro del mundo de las artes plásticas. Mediante su serie “Retratos de una Mente”, este joven creador ha unido el pasado y el futuro del dinero, convocándolos en el presente.
Retratos de una Mente consiste en un conjunto de 40 piezas de arte, todas iguales a simple vista, pero realmente diferentes entre sí. Cada una muestra una silueta redonda, con varios círculos concéntricos dentro.
Cuatro radios escapan del centro de la pieza, que es hueco. La superficie está compuesta por una especie de tapiz, donde ha quedado grabado el que seguramente será considerado el legado tecnológico de mayor relevancia en esta era.
Es este grabado lo que hace que cada pieza sea única y especial. Gentilli empleó tres años de su vida y un dispositivo hecho a medida para estampar en cada “bloque”, porque así denomina a las piezas, parte del código hexadecimal con el que Satoshi Nakamoto construyó Bitcoin.
El “Bloque 21”
De los 40 bloques que componen Retratos de una Mente, Gentilli ya había logrado ubicar la mitad en manos de coleccionistas privados antes de su subasta en Christie’s de Nueva York.
Al parecer, uno de ellos es el CEO de Binance, Changpeng Zhao. Se rumora que otro de los “bloques” se lo adjudicó uno de los fundadores de Kenetic, Jehan Chu. Kenetic es una firma de inversiones en activos criptográficos y de capital de riesgo que apuesta por startups de blockchain.
La segunda porción de los bloques restantes comienza con el “Bloque 21”, el circulo estampado con el código de Bitcoin que recuerda a las piedras rai de la isla Yap, en Micronesia. Las piedras rai son una de las formas más antiguas de dinero que se conoce.
Se las compara con Bitcoin y su algoritmo de Prueba de Trabajo debido a que las piedras se tallaban en forma de círculo, al que se le sacaba una porción central. Esto se hacía en otra isla a 600 km de Yap. Luego de talladas, eran transportadas de vuelta en embarcaciones.
Mientras mayor era el tamaño de la piedra, mayor valor se le asignaba. Generalmente, luego de una transacción, las piedras rai cambiaban de dueño, pero no de ubicación.
Inicialmente se rodaban mediante un eje insertado en el orificio central. Dicha práctica se abandonó luego, por el enorme peso que poseían algunas de estas monedas gigantes de piedra caliza.
Su peso en metálico
Al igual que las piedras rai, el Bloque 21 alcanzaría un gran peso, pero en la cantidad de dólares que un amante del arte estuvo dispuesto a pagar durante la subasta de Christie’s. El evento se produjo hace apenas días.
El precio de salida del Bloque 21 se calculó entre $12.000 y $18.000, pero la puja arrancó en 22 mil dólares. Rápidamente, la subasta en línea se calentó lo suficiente como para que 18 participantes de varios continentes estuvieran disputándose fieramente dicha representación artística de Bitcoin.
Debido a la pandemia del covid-19, la casa de subastas Christie’s organizó la venta del Bloque 21 enteramente a distancia: algunos pujaron por Internet y otros hicieron sus ofertas por línea telefónica.
Finalmente, el postor más afortunado de la jornada logró apoderarse del Bloque 21 por la asombrosa suma de $131.250. Algo que nadie se esperaba, considerando el precio de salida de la obra.
Más allá de obtener una justa retribución monetaria por su trabajo, con “Retratos de una Mente” Gentilli buscaba plasmar el alma de Bitcoin y el espíritu de su creador, poniéndolos a la vista y tacto de quienes adquirieran sus bloques.
No está claro todavía si lo ha conseguido, pero considerando lo apetecible de la pieza por el resultado de la subasta, parece que dicho cometido va por muy buen camino.