El pasado miércoles 1 de abril, el juez del distrito de Nueva York P. Kevin Castel ha respondido a la solicitud de Telegram para emitir su Token a inversores no estadounidenses. La respuesta ha sido negativa, el propio juez ha alegado que los argumentos aportados por la entidad eran escasos y muy poco convincentes.
La batalla en los tribunales entre la entidad de mensajería Telegram y la Comisión de Bolsa y Valores de los EE. UU. (SEC) se remonta a octubre del año 2019. En ese momento Telegram ya había realizado su ICO donde vendió 2900 millones de tokens GRAMS. En esta se recaudo 1,7 mil millones de dólares, ahí fue donde intervino la SEC para frenar la iniciativa de Telegram.
La propia SEC presentó un una orden de restricción con carácter de emergencia. En ella se alega que Telegram había realizado una oferta de valores no registrada, la SEC tomo el token GRAMS como un valor o acción.
En su momento el propio Steven Peikin codirector de la División de Cumplimiento de la SEC dijo:
“Hemos declarado en repetidas ocasiones que los emisores no pueden evitar las leyes federales de valores simplemente etiquetando su producto como una criptomoneda. Telegram busca obtener los beneficios de una oferta pública sin cumplir con las responsabilidades de divulgación establecidas, diseñadas para proteger al público inversionista.»
Pocos días después de esta acusación Telegram se defendió en los tribunales basándose en tres puntos, par ellos fundamentales.
- Categorizar a GRAMS como una mercancía y no como un valor.
- Negar el haber realizado una ICO, sosteneindo que solo se realizaron acuerdos privados con entidades interesadas.
- Según la propia entidad Telegram ha trabajado con la SEC durante más de 18 meses en los que no se les había notificado ninguna irregularidad.
El pasado 24 de marzo el juez P. Kevin Castel se puso de lado de la SEC debido a que estos han «probado una probabilidad de éxito» al demostrar que los tokens emitidos son acciones tales como letras, bonos o acciones. Por lo tanto, Telegram no podrá emitir sus tokens y tendrá que solucionar según contrato la devolución de los 1,7 mil millones recaudados.
Tras esto, Telegram ha realizado un recurso en el cual pedían que el tribunal aclarase las limitaciones impuestas a la red TON. Telegram se baso la falta de jurisdicción del senado estadounidense puntualizando que sus medidas solo se podrían aplicar al territorio nacional. Con esto, Telegram expuso la opción de unicamente emitir los tokens a usuarios no estadounidenses. Para ellos se «implementarian medidas para proteger contra compradores de ubicaciones privadas no estadounidenses que revendan GRAMS a compradores estadounidenses en el futuro.»
El día de ayer, el juez P. Kevin Castel respondió a Telegram alegando que sus argumentos eran poco convincentes e insuficientes. El juez basó su respuesta en que que Telegram estaba apuntando principalmente a tomar medidas ante la emisión inicial del token, pero, el punto central en el que se basa la orden del tribunal es el potencial peligro que representa este token debido a su falta de seguridad, haciendo referencia al esquema que comprendía la compra de GRAMS.
«Centrarse en los Compradores iniciales y sus Acuerdos de compra de Gram pierde uno de los puntos centrales de la Opinión y la Orden del Tribunal, que la ‘seguridad’ no era ni el Acuerdo de compra de Gram ni el Gram, sino todo el esquema que comprendía los Acuerdos de compra de Gram y los entendimientos y compromisos que acompañan a Telegram, incluida la expectativa e intención de que los Compradores iniciales distribuyan Grams en un mercado público secundario .»
El juez ha alegado que Telegram no explica de que manera podría evitar la venta del token a usuarios estadounidenses a través del mercado secundario. Para esto el juez hizo referencia a la naturaleza anónima de las redes descentralizadas como es el caso de TON.
A través de esta respuesta, queda potencialmente claro que el juez Castel es conocedor de la naturaleza blockchain. Telegram ha cometido el error de responder de manera muy pobre a través de unos argumentos poco fundados, con la intención de aprovecharse del desconocimiento del juez, pero no ha dado sus frutos.
Una de las pocas opciones que le quedan a Telegram es la de que su comunidad de desarrollo emita una cadena paralela, igual que TON. Para ellos es necesario que los inversores acepten dicha medida.
