Bitcoin está empeñado en mantener al borde de sus asientos a todos en el ecosistema. Este lunes, la moneda sufrió otro descenso importante. En aproximadamente catorce horas, el precio de Bitcoin bajó hasta los USD 9450, después de haber tocado los USD 10.000, y los futuros de Bitcoin pueden tener algo que ver.
Dados los recientes avances en la cotización de la moneda, era de esperarse que muchos traders comenzaran a recoger beneficios tan pronto Bitcoin se encontrara en la zona de ganancias. En Binance, los efectos no se hicieron esperar, ocasionando que 2 millones de dólares en posiciones largas de futuros de Bitcoin fueran liquidados.
Aunque la opinión general acerca de Bitcoin sigue siendo que los toros están dirigiendo el mercado, el volumen de la liquidación de futuros BTC en Binance puede ser un indicio de lo que podría suceder en los siguientes días u horas.
Algunos analistas dicen que, luego de una breve corrección, Bitcoin puede seguir subiendo hasta los USD 11.200. Otros especulan que los osos esperan llevar el precio de BTC hacia los 8.600 dólares, y hasta más abajo.
Los toros, usualmente identificados como animales extremadamente fuertes y agresivos, no todas las veces transmiten esas cualidades cuando se trata del trading de criptomonedas. Razón tuvo el nobel de Economía y defensor del libre mercado Milton Friedman, cuando acuñó su famosa frase: “no existe nada más cobarde que un millón de dólares”.
Posiblemente, algunos toros del criptomercado se intimidaron ante el violento retroceso de Bitcoin, decidiendo salir del juego, sobre todo al estar manteniendo posiciones largas basadas en un alto margen de apalancamiento.
Tan volátil como lo es el mismo precio de Bitcoin, en algunos casos los mercados parecen responder con exagerada anticipación a los movimientos desfavorables de la criptomoneda mejor cotizada de todas.
Este es el comportamiento esperado en el caso de posiciones apalancadas. Las mismas pueden verse en aprietos si el precio del activo subyacente disminuye aunque sea un poco, si nos referimos a los contratos futuros de Bitcoin.
Para proteger su inversión, los traders establecen un “stop loss” en niveles tolerables que, al ser alcanzados, disparan el cierre de la posición. Si se produce un volumen de liquidaciones considerable, como el registrado en Binance, la presión hacia la baja sobre el precio de Bitcoin puede incrementarse, y su valor seguir disminuyendo.
Para una moneda cuya capitalización de mercado sobrepasa los USD 175 mil millones, dos millones de dólares en liquidación de futuros pareciera no ser gran cosa. Y no lo son. En enero, el valor liquidado en Binance vinculado a los mismos derivados de Bitcoin fue de USD 108 millones.
Esa vez, los mercados reaccionaron en consonancia y el precio de BTC descendió, hasta sostenerse alrededor de los USD 9.000. Una liquidación de futuros de Bitcoin por dos millones de dólares ciertamente no va a causar estragos per se. El peligro es que su significado como señal bajista se amplifique.
Futuros de Bitcoin, sin Bitcoin
Explicados de la manera más simple, los contratos de futuros son derivados financieros en el que dos partes se comprometen a comprar o vender en una fecha determinada una clase de activo específica, a un precio determinado.
Estos derivados financieros se emplean principalmente como mecanismo de cobertura o protección de ciertas posiciones en el mercado y como medio para reducir el riesgo o incertidumbre de las inversiones. Cuando un contrato de futuros se vence, lo que cambia de manos es el activo subyacente que se negoció.
Los futuros de Bitcoin son distintos, porque para participar en ellos no hace falta estar en posesión de las monedas como tal. El arreglo al vencimiento se hace en alguna moneda fíat, generalmente en dólares norteamericanos o euros.
Para entender cómo funcionan los contratos de futuros, pongamos el ejemplo de una compañía de transporte que desea anticiparse a los posibles cambios en los precios del combustible. Por regla general, los precios de los combustibles tienden a subir con el tiempo, y constituyen un costo importante para la industria del transporte mundial.
Persiguiendo mantener bajo control sus costos por este concepto, nuestra hipotética compañía negocia un contrato de futuros en la que actúa como comprador. El bien negociado será entonces el combustible que emplea en la flota aérea, marítima o terrestre para sus operaciones cotidianas.
Supongamos que las proyecciones de la compañía señalan que el precio del barril de combustible subirá USD 20 dólares en un año. Previendo dicho escenario, la compañía de transporte adquiere un contrato de futuro por el combustible, donde se le promete que lo obtendrá en el mismo tiempo pero a sólo USD 5 de sobreprecio por barril.
Si las proyecciones de aumento resultan valederas, la compañía habrá logrado un ahorro de USD 15 por barril de combustible, algo que hubiera resultado imposible sin la ayuda de un contrato de futuros. En este caso, mediante una posición larga, o de compra, el contrato sirvió de cobertura ante la supuesta subida en el precio de un activo.
Desde el punto de vista puramente especulativo, los contratos de futuros se emplean para obtener ganancias a corto plazo, cuando lo que se proyecta es una disminución en el precio del bien subyacente. Mediante la apertura de posiciones cortas (de venta), los traders hacen dinero con contratos de futuros siempre y cuando el valor del activo negociado experimente una pérdida de valor.
Participar en un contrato de futuros no puede hacerse a la ligera, pues debe cumplirse con algunas condiciones para ello. Parecido a como funcionan los contratos de arrendamiento, en los cuales se estila mantener un depósito que cubra los meses de impago, en los futuros se exige una garantía similar.
En los mercados de futuros se le conoce como margen, y es la cantidad mínima necesaria para poder abrir una posición. Si una de las partes involucradas en el contrato presenta insolvencia al vencimiento de este (o antes) se recurre al margen para cubrirla.
Los futuros de bitcoin se negociaban en algunos intercambios de manera no regulada, lo que impedía que los capitales institucionales entraran a participar. Eso cambió en diciembre de 2017, cuando la CBOE (Chigago Board Options Exchange) anunció los primeros contratos de futuros de Bitcoin el 10 de ese mes. El 18 comenzaría la actividad bursátil con los mismos.
La segunda plataforma regulada en abrir los futuros de Bitcoin a los grandes inversores fue el Grupo Bolsa Mercantil de Chicago (CME Group), cosa que haría también en diciembre, pocos días después de la CBOE.
Las condiciones de ambos contratos fueron distintas en cada bolsa. Los futuros de Bitcoin en CBOE constaban de 1 BTC, mientras que los de CME Group eran de 5 BTC. En el primer caso, el margen de los futuros se estableció en 40%: los contratos de CME, por otra parte, exigían un 37% de garantía.
Otra diferencia estuvo en el precio de referencia de Bitcoin. La CME calcularía el precio de tales derivados basándose en la cotización media de las plataformas Bitstamp, GDAX, itBit y Kraken, mientras que CBOE lo haría de acuerdo a los precios de cierre de BTC registrados por la plataforma de los mellizos Winklevoss, Gemini Exchange.
Los contratos de futuros son derivados apalancados, por lo que las ganancias, o las pérdidas, que generan están ligadas directamente con ésta característica. Si los beneficios son grandes, lo perdido puede sobrepasar fácilmente el margen depositado antes de abrir la posición.
Aunque fueron largamente esperados, e inicialmente tuvieron éxito relativo, los futuros de Bitcoin de la CBOE dejaron de negociarse en junio de 2019. Fue en esa fecha cuando expiraron sus últimos derivados de este tipo ligados a BTC.