Recientemente Alemania ha anunciado que tras la actualización de su legislación más de 40 entidades han realizado la solicitud para poder trabajar con activos digitales. Esto coloca al país bávaro a la cabeza de la industrias de las criptomonedas en Europa, en Italia el panorama es diferente. Ayer se conoció como la Commissione Nazionale per le Società e la Borsa (CONSOB) ha acusado y clausurado a 8 entidades FX.
Finance Manates ha informado acerca de que entre estas 8 entidades, 6 son webs de intercambio de criptodivisas y 2 destinadas a la inversión. La CONSOB ha acusado a estos sitios de promover comercio ilegal violando el Mifid II y la Ley Consolidada de Finanzas (TUF).
Mifid II: Se trata de una directiva europea instaurada en el año 2018. Esta fomenta la transparencia por parte de las entidades comerciales que comercializan productos financieros. Se pretende establecer una mayor protección para el inversor. Las principales medidas que estipula esta ley son:
- Regulación de la relación entre el cliente y las entidades financieras.
- Mayor transparencia informando acerca de comisiones relativas y cobros.
- Independencia por parte de las entidades asesoras evitando conflicto de intereses.
La regulación dentro de Italia
Los legisladores locales, se han propuesto establecer una regulación dentro de Italia para proteger al inversor contra fraudes relacionados con el criptouniverso. En el 2016 se implementó una decisión de la Corte Europea de Justicia. En ella se destaca, que cualquier intercambio de activos digitales con base en moneda fiduciaria no será gravable, pero el beneficio o perdida de esta misma si se debe reflejar.
Con esto, el Comité de Asuntos Corporativos del Senado italiano pretende regular todas las transacciones de entidades financieras a través de medios electrónicos.
Se podría considerar que Italia cuenta con una ley más estricta para proteger a los inversores. En otro países como Alemania, la ley se encarga de proteger al inversor a la vez que facilita la expansión de estas entidades. Se podría decir que la ley italiana está en parte desfasada en comparación con la de otros países.