Entrando en asunto
Robin y James Symonds, dos hermanos ancianos residentes en Cwmcarn, Caerphilly, acogieron a su sobrino de 21 años.
Tras la muerte repentina de Robin Symonds, el joven Callum Burn-Keen-Friel, con el que habían compartido hogar, le robó su activo digital.
James Symonds se preocupó por su salud después de presenciar la inesperada muerte de su hermano y decidió anotar los datos de inicio de sesión de sus ordenadores, así como la de su difunto hermano. También anotó las claves de las cuentas de criptomonedas de su hermano y, para garantizar la seguridad de los datos, los escondió bajo llave en una cómoda de su habitación.
Tal y como se ha sabido en una audiencia de sentencia en el Tribunal de la Corona de Newport, tras anotar y poner los datos a salvo decidió compartir la ubicación del escondite de los datos con Burn-keen-Friel. De esta forma, en caso de que algo le sucediese también a él, se conocería su existencia y localización.
Lamentable sorpresa
El Sr. Symonds echó en falta varios artículos al volver a su casa en Devon. Tras la descubierta, decidió revisar la cuenta de criptomonedas de su hermano y, para su sorpresa, el activo había desaparecido.
Evidencias
La cuenta mostraba un acceso el 17 de abril. Symonds le pidió explicaciones a Brun-Keen-Friel, quien negó tener relación con lo sucedido.
No obstante, Symonds sabía que la única persona con conocimiento de dicha información era justamente su sobrino. Decidió inspeccionar el lugar en el que había guardado la delicada información y se deparó con la desaparición de una wallet Trezor en la que su hermano había colocado Bitcoins y Chainlink. Symonds descubrió también que las contraseñas se encontraban sobre el escritorio del joven, según expuso la fiscal Tabitha Walker.
Entonces Symonds accedió a su cuenta y modificó los datos de inicio de sesión. Aprovechó para revisar el historial de navegación y se llevó una gran sorpresa.
Descubrió que se habían realizado importantes compras desde aquel dispositivo. Se había comprado nada más y nada menos que una Nintendo Switch, un Iphone 12, tablets, ordenadores portátiles y ordenadores de escritorio.
Arresto
Con las pruebas pudieron arrestar y advertir a Burn-Keel-Friel. Entonces se inició una investigación para reconstruir la cartera de criptomonedas del fallecido llegándose a conocer que el acusado había transferido 9.228 libras a su wallet. Además, Coinbase y PayPal mostraron que se habían transferido 17.968 libras a las cuentas de PayPal y Starling del ahora arrestado.
El joven se declaró culpable de robo, encubrimiento y transferencia de propiedad criminal, fraude y obtención de acceso no autorizado a material informático.
Symonds leyó una declaración personal ante el tribunal describiendo las acciones de su sobrino como «una traición«. Dijo en su declaración: «que violase mi confianza cuando murió mi hermano y se aprovechase cuando temía por mi vida es censurable. Me hace sentir completamente roto y devastado«.
El abogado defensor del acusado, Scott Bowen, dijo que su cliente creyó tener derecho sobre los fondos ya que creía que sus tíos se los habían dejado. No obstante, también afirmo haber procedido a su adquisición de una forma deshonesta. También comentó que debido a la incertidumbre de si iría o no a prisión, había aplazado su ingreso en la universidad de Bristol en la que iba a estudiar arquitectura. Bowen aprovechó para mencionar que Burn-Keel-Friel fue «un producto del sistema de atención» desde los seis años y que vivió una infancia problemática.
Condena
A pesar de que se supo que su carácter anterior había sido bueno, el juez Richard Williams lo declaró culpable. Dijo que había sido un «abuso sustancial de confianza. Se le dieron contraseñas a una cuenta por precaución con la expectativa de que no las usaría para acceder a las cuentas o transferir dinero hasta que tuviera derecho como beneficiario. Decidiste acceder a esos fondos sabiendo que no se suponía que debías hacerlo»
La condena establecida fue de 2 años con suspensión de 12 meses. Además, estuvo sujeto a un toque de queda electrónico durante 2 meses y se le exigió que realizase 240 horas de trabajo no remunerado, un requisito de actividad de rehabilitación de 10 días y pagar 1.000 libras de los costes judiciales ocasionados por su crimen.