Una de las cosas que los consultores e instituciones financieras han tratado de hacer durante largo tiempo ha sido traer al campo de las inversiones a la gente común, la que no dispone de los capitales de los grandes jugadores, en un intento de aumentar sus depósitos y hacer que las personas puedan ahorrar algo de dinero. Y al tratarse de inversiones en monedas digitales, el asunto se complica.
El programa “Keep the Change” (conserva el cambio) que el Bank of America lleva ofreciendo desde hace algún tiempo es un ejemplo. Con este programa, los clientes del banco que hicieran cualquier compra (incluyendo compras en línea) ahorrarían el cambio de la operación, que el Bank of America deposita entonces automáticamente en la cuenta de ahorros del cliente.
Apps para invertir
Con la explosión de las aplicaciones móviles, donde existe una para casi todo, apareció Lawnmower, que funcionaba de manera similar, con la particularidad de que el cambio iba destinado a comprar Bitcoin en pequeñas porciones. Aunque la aplicación incluyó otras monedas digitales en sus opciones, no tuvo el éxito esperado y se desvaneció, como tantas otras. Una app que está haciendo olas en el campo de las inversiones tradicionales es Acorns, que aplica el mecanismo descrito anteriormente al mercado bursátil de acciones que todos conocen.
En el tanque de los tiburones
Esta vez le tocó a Shark Tank, el popular programa de televisión donde gente con ideas de negocios tratan de captar la atención de avezados inversores llamados “tiburones”, presentar una aplicación que viene a recoger del piso la toalla que dejó Lawnmower: la app Bundil. Bundil permitirá a sus usuarios tomar el excedente de cada compra que realicen e invertirlo en monedas virtuales.
Aplicaciones como Acorns están cambiando el panorama de las inversiones para miles de personas que habían estado interesadas en multiplicar su dinero y no sabían cómo. Después de todo, ese asunto de Wall Street, acciones que suben, otras que se desmoronan, alianzas comerciales, instrumentos de inversión, más toda la jerga del mundillo financiero no es para cualquier hijo de vecino.
Por esa razón, en otros tiempos, quienes querían invertir contrataban a un asesor o una firma que le manejara una cartera de acciones, pero no fueron pocos los estafados. La tecnología de la cadena de bloques posiblemente no acabe con los ladrones, pero les hará más difícil cometer sus fechorías.
Blockchain, el nuevo imán del dinero
Invertir en proyectos relacionados con blockchain no es del todo ajeno a los tiburones de Shark Tank. Diversificación es el mantra de cualquier buen inversor, y las nuevas tecnologías no escapan del radar de estos individuos cuando pueden oler el dinero en ellas. Una de las estrellas del programa, Mark Cuban, ya ha tenido contacto con aplicaciones y blockchain anteriormente.
Mark está detrás del Protocolo Mercurio, que aspira, mediante la cadena de bloques y contratos inteligentes, dotar de privacidad a plataformas como Facebook, WhatsApp y Twitter, como lo ha hecho con Dust. Dust es una app de comunicación encriptada cuyos mensajes se borran automáticamente y de los cuales no se puede hacer capturas de pantalla, simpático, ¿no? Cuban escuchó la presentación de Bundil y dijo: “Paso”. Cuban dijo haber invertido ya en una aplicación del mismo estilo (sin decir cuál), por lo que desestimó la idea.
Del panel de tiburones, Kevin O’Leary fue bastante agresivo al considerar la proposición de Dimitri Love, el creador de Bundil: US$ 100.000 por el 10 por ciento de la compañía. Si conseguía el dinero, la aplicación llegaría al millón de dólares en valor, y O’Leary raramente se involucra en un trato de los que recibe en el show.
Muéstrame las monedas digitales
El inversor de reluciente cráneo quiso saber por las criptomonedas que la aplicación manejaba; Love mencionó tres: Ethereum, Bitcoin y Litecoin. Haciendo gala de la voracidad típica de un tiburón, O’Leary lanzó su contraoferta, pidiendo el 50 por ciento de la compañía por los mismos US$ 100.000, añadiendo ominosamente dirigiéndose a Love: “en 36 meses estarás acabado”.
Matt Higgins, el tiburón más nuevo del programa, comentó que ese tipo de aplicaciones era muy fácil de replicar y recomendó a Love asociarse con plataformas de intercambio para incrementar los chances de que la app funcionara. Cuban no estuvo de acuerdo, y asomó que eso mismo podría ser lo que la llevara al foso antes de tiempo.
Uno por uno, los tiburones del panel se fueron retirando, excepto O’Leary, quien de nuevo lanzó un mordisco para llevarse la mitad de Bundil por apenas cien mil dólares. “Te ofrezco US$ 100.000, vamos a partes iguales o me retiro”, espetó O’Leary. Viéndose sin otra alternativa que irse con las manos vacías o ceder el 50 por ciento de su creación a último tiburón en pie, se decidió por la segunda opción. Y la verdad es que, ahora que las criptomonedas están ganando el interés de los medios y los ciudadanos corrientes, cien mil dólares por la mitad de esta idea es realmente una ganga. Bundil tendrá ahora, seguramente, una mejor oportunidad que Lawnmower para triunfar.
Mientras más fácil, mejor
En el mercado norteamericano, conveniencia es una característica ineludible para que los nuevos productos ganen tracción entre el gran público. Ciertamente, las criptomonedas no llegan aún a las mayorías, pero precisamente ésta es la razón de ser de Bundil, hacer de la inversión en monedas digitales algo tan sencillo que las personas ni siquiera necesiten saber cómo funcionan las criptos.
La app Bundil trabaja bajo el esquema de suscripción. Si paga el año adelantado, cada mensualidad cuesta sólo US$ 2. Al pagarla mes a mes, podrá utilizarla por un dólar más. Cada vez que el usuario haga una compra con su medio favorito de pago, el cambio se convertirá en una de las monedas escogidas para invertir.
Diversos sondeos de opinión han demostrado que una parte importante de quienes no han comprado o usado criptomonedas consideran el proceso muy complicado, grupo en el que se encontraban miembros de la familia de Love y algunas amistades, deseosas de que hubiera una forma fácil de invertir su dinero en ellas. Esto fue lo que motivó a Love para diseñar Bundil, una aplicación cuya filosofía hará su parte en la adopción masiva de las monedas virtuales.
En una sociedad como la de EE.UU., donde el trabajador promedio recibe un salario fluctuante, dependiendo de las horas trabajadas, es difícil separar una parte de los ingresos para destinarla al ahorro o la inversión. Bundil pondrá en manos de muchos una manera cómoda de hacer que las criptomonedas sean parte de su vida diaria y bienestar financiero futuro sin que ni siquiera lo noten.
